el juego del calamar es la serie más vista de la historia de Netflixl juego del calamar . Realizada en Corea del Sur, se estrenó el mes pasado y nos muestra a 456 hombres y mujeres con grandes deudas económicas compitiendo entre sí por un gran premio millonario. Lo que impacta de la historia es que, literalmente, se juegan su vida, pues en cada una de las pruebas, o mueren o los matan los organizadores de la macabra competición. Pero lo que me tiene sorprendido son los titulares como "alarma en los colegios vascos" que nos informan de que algunos centros han enviado cartas a los padres para advertirles de los peligros de la serie para los chavales. ¿De veras que esto es motivo de alarma? Puestos a buscar razones de honda preocupación por las que hacer titulares y enviar cartas se me ocurren otras más graves. La primera sería el número de horas que permitimos que pasen viendo TV o Internet. Si hablamos de contenidos, que el 68% de los adolescentes vean pornografía y el 93% lo hagan en móviles que les hemos comprado sus padres, sí es para tirarse de los pelos. Y ¿qué me decís de la violencia verbal de los padres en casa, en el coche, o en el deporte escolar?, ¿o de la normalización del consumo de alcohol de los adultos en nuestra sociedad?, ¿o de la segregación escolar que hace que en algunos colegios no sepan lo que es un niño de otro color? No quiero banalizar el contenido de la serie para los más jóvenes, pero hacer de esto un problemón, es solo ver la punta del iceberg y poner una ridícula solución como que no la vean. Tomaría en cuenta la edad, la madurez y circunstancias de cada chaval. Y, sobre todo, la brújula de valores en la que les educamos. Esas "gafas" que les permiten distinguir la ficción de la realidad, y a no provocar a otros lo que no quieran sufrir ellos. Educar en mayúsculas va más allá de dejarse cegar por la tinta de calamar de esta serie.