La comunidad científica sabe a estas alturas que toda la información de infectados y fallecidos procedente de China es falsa. Lo demuestra la actividad de las incineradoras de Wuhan en los últimos meses. El paciente número 1 se infectó, oficialmente, el pasado 19 de noviembre en Hubei. Hasta el cierre de la provincia el 23 de enero de 2020, durante tres o cuatro meses, el virus. El virus entró en Europa procedente de Shanghai, en las navidades, por Reino Unido o Islandia. En Italia se detectó el 30 de enero en un par de turistas chinos que llegaron a Milán el 23 de enero y que visitaron Verona y Parma. Para el 22 de febrero ya eran un total de 76 nuevos casos. El primer caso registrado en España se dio el 31 de enero en La Gomera, Gran Canaria. Un alemán. Luego fue un británico en Palma de Mallorca, el 10 de febrero. El 13 de febrero un hombre murió en Valencia. Había viajado a Nepal. El 24 de febrero, una pareja de lombardos dio positivo en Tenerife. El 25 se registraron tres casos en la península, todos llegados de Italia. El 26 de febrero teníamos el primer caso local, en Sevilla: el paciente no había salido de España. El 19 de febrero cientos de valencianos acompañaron a su equipo a Milán, donde convergen con miles de aficionados del Atalanta de Bérgamo, y el virus se expande en Italia.

El 23 de febrero, después de un funeral en Vitoria con un centenar de asistentes, entre ellos una pareja que había estado en Italia, enferma El Camarón y se aísla a su numerosa parentela en Haro. Paso de puntillas por la irresponsabilidad del 8-M. El 9 de marzo había ya mil casos registrados en España. Se cancelaron las clases en Madrid, Gasteiz y Labastida. El día 12 de marzo se confinó a la población de Igualada, se suspendieron la educación y la Liga de fútbol. El viernes 13 de marzo se anunció el 155 sanitario. El número de infectados reales y transmisores del virus es exponencialmente mayor del registrado.

Y acuérdese de comprar producto local