El Arahy de Rajoy
Mariano Rajoy ha ampliado el concepto de merienda-cena a comida-cena al atrincherarse en un restaurante durante siete horas y un buen pico. El Arahy es ya un local famoso que ha recibido de gratis una campaña publicitaria impagable. Algún día nos tendrán que contar qué pasó allí dentro para que alguien que se autodefine como una persona responsable y demócrata se olvidara de sus deberes laborales y decidiera no asistir a su propio funeral (político), que estaba transcurriendo en el cercano Congreso de los Diputados. Y que nos expliquen, por favor, en qué momento la vicepresidenta Santamaría pensó que si ponía su bolso en el escaño de Rajoy ninguno notaríamos la diferencia. La cosa da para un libro o uno de esos telefilmes de bajo presupuesto que no deberíamos tardar en ver en 13TV, donde ayer mientras se votaba la moción de censura ofrecieron una misa que, la verdad, tampoco sirvió para obrar ningún milagro. El chimpún final de Mariano Rajoy llegando por los pelos -tras permanecer 21 horas ausente- a la votación de su moción de censura tras jactarse de que no tenía que estar presente en su escaño y quitándose responsabilidades de encima, supone un epílogo tan fiel a lo visto en estos años que asusta.