Leo en los periódicos de Catalunya que el conseller de Exteriores, Raül Romeva, hace un llamamiento a los organismos y gobiernos internacionales para que participen como observadores internacionales en el referéndum de autodeterminación de Catalunya.

Como ciudadano vasco me siento concernido en este llamamiento y a través de este escrito quiero recurrir a quienes representan a la ciudadanía y a las instituciones de nuestro país Euskal Herria para solicitarles que designen observadores oficiales representando a las instituciones de nuestro pueblo vasco.

Si existe un proceso paradigmático para nuestro País Euskal Herria, es el proceso de los movimientos sociales catalanes a favor del ejercicio de autodeterminación, también del actual Govern catalán en favor de la independencia de su pueblo, un proceso que sin duda ha contribuido sobremanera, como referencia, al cese de la violencia en nuestro país, Euskal Herria.

La democracia es un valor a preservar, al igual que la Europa de los Pueblos participando de la Unión Europea. Un objetivo de la Unión Europea en el pensamiento de sus fundadores siempre fue la convivencia en paz de los pueblos de Europa. Catalunya es un pueblo de Europa que aspira vivir en paz y siendo respetado en sus decisiones. Esperemos que nadie se lo impida y menos utilizando la violencia. Como vascos y como europeos, estamos obligados a apoyar su proceso y sus procedimientos democráticos para lograr la autodeterminación. Por ello les ruego que participen en él, designando nuestra representación vasca entre los observadores que acudan al referéndum.

A lo largo de mi vida he estado unas cuantas veces perdido. No sabría decir si por tontura, por temeridad o por qué razón, pero no pocas veces he seguido pistas falsas, o a maestros que tras un tiempo me han, o los he, defraudado. Cabría esta posibilidad también.

He leído, y ahora puedo decir que sé por experiencia, que para encontrarse, para ganar perspectiva de las “cosas” que nos suceden, es preciso perderse antes. En mi caso, claramente. Animo a todos a que, ante las dudas, no os quedéis quietos, experimentéis y os perdáis si hace falta. Eso sí, procurando hacerlo sin creerse más listos que nadie, ni perder tampoco el respeto a ninguno.