“No podemos vivir sin utopias que se originan por la insatisfacción con lo establecido. Ahora bien, debemos basarnos en la realidad. El cambio ha de estar precedido de un estudio serio de la misma. Un diálogo continuo entre realidad y sueños, una dialéctica permanente entre idea y hecho práctico da sentido a la política. Pero si dejamos de ser soñadores, nuestra ética e ideología desaparecerán”.
Son palabras e ideas del político socialdemócrata sueco y ex primer ministro Olof Palme asesinado el 28 de febrero de 1986. Ideas y palabras serias, sensatas y bien asentadas. Reflexiones aplicables a nuestros objetivos, guías para la vida y el devenir político del nacionalismo vasco. Para tomarlas en consideración.
“Euzkotarren aberria Euzkadi da-Euzkadi es la patria de los vascos”. Hoy se celebra el Aberri Eguna, Día de la Patria Vasca, 84 años nos contemplan de aquel primer Aberri Eguna cuya celebración tuvo lugar el 27 de marzo de 1932 tras la instauración de la II República y cuya celebración congregó a 60.000 personas convocada en Bilbao por el PNV. Para entonces el nacionalismo catalán ya contaba con la celebración de la “Diada” desde 1889 y el nacionalismo gallego con el “Día de la Patria Gallega” desde 1919. El siguiente año, fue Donostia donde se celebró con el lema “Euzkadi-Europa” y donde intervino, entre otros, el que pasaría a la historia como el primer Lehendakari de Euskadi, José Antonio Aguirre. En 1934 se celebró en Vitoria con la presencia de Irujo y en 1935 en Pamplona. El inicio de la guerra civil en julio de 1936, conllevó que no hubiera una celebración unitaria en una localidad determinada, aunque se festejó con actos menores en diversos lugares. Durante la dictadura franquista fue proscrito en España. Sólo en Iparralde, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el PNV y el Gobierno Vasco en el exilio siguieron manteniendo esta celebración. En 1947 se produjo la primera concentración significativa, en Bilbao. A partir de 1964, las convocatorias se hacen ya en España, siempre bajo presión policial. Ese año, la localidad elegida fue Gernika y en 1965 una Bergara con los accesos cortados por la policía franquista, trasladándose a Vitoria el año siguiente. En 1967 se realizó en la Plaza del Castillo de Pamplona con una dura carga policial incluida y la detención de más de 300 participantes. A finales de la Dictadura y durante la Transición fue adoptado por todos los partidos nacionalistas vascos, y por los no nacionalistas de izquierdas, como Día de la Patria Vasca. Y así en 1978 se produjo una histórica convocatoria conjunta que reclamó un Estatuto de Autonomía. El PSE dejó de celebrarlo a partir de 1979.
Hoy, de nuevo en el Aberri Eguna de 2016, el futuro político de Euskadi nos vuelve a exigir estar, y actuar, con coraje e inteligencia, acorde con el tiempo real, y pulsar la actualidad, interpretar y saber leer correctamente las voluntades, las ideas y los sentimientos simbólicos, culturales, ideológicos y sociales de la sociedad vasca. Hoy, igual que ayer, el futuro de Euskadi lo va a determinar la voluntad de acertar en la selección de los objetivos que van a configurar en el futuro sus próximas etapas, porque la historia del Pueblo Vasco no es tan sólo la historia de un “yo” que se va explicitando en el tiempo, sino también la de un fenómeno evolutivo que recibe la mayor parte de su impulso, contenido y orientación de su interrelación con otros pueblos del mundo. Porque el Pueblo Vasco también está condicionado por la evolución general.
Lo importante de los pueblos, es lo que no han sido todavía, es decir lo que quieren ser y no tanto lo que fueron los que le precedieron. El futuro de un pueblo no está implícito en su pasado ni se deduce directamente de él, como no está implícita ni se deduce una compleja obra de arte de sus primeras pinceladas.
La patria, Euskadi, no puede ser un fetiche, no puede ser una abstracción. Euskadi nación, mi patria, no es patria etérea, es colectivo de ciudadanos, hombres y mujeres concretos y tangibles. Somos vascos concretos y tangibles con nombre y apellido, con memoria histórica, símbolos, lengua y cultura, sentimiento de identidad e intereses económicos. Vascos que manejamos un patrimonio colectivo de formas mentales, imágenes, vivencias, prejuicios, mitos, símbolos, cultura, arte, lengua, hábitos, estereotipos, defectos y virtudes. Euskadi nación y patria, instrumento para servir a las personas que estructuran comunidad. Euskadi como plebiscito cotidiano, quiere seguir siendo la patria de los vascos y es nación porque así es la voluntad de su ciudadanía vasca, y porque sus ciudadanos y ciudadanas manifiestan querer poder autogobernarse y auto-dirigir su proyecto comunitario. Por ello existe Euskadi, ahí su ser. Por la voluntad. Se trata de conseguir una Euskadi, nación y patria con capacidad para la realización de un proyecto elaborado en beneficio de una sociedad en la que merezca la pena vivir.
Somos un pueblo pequeño, pero una realidad en el tablero internacional que ha pervivido a culturas mucho más poderosas y a civilizaciones que han dejado su huella como legado permanente en la historia. Hemos sabido no perder el pulso y tras siglos continuamos siendo, continuamos con la conciencia de querer seguir siendo en el futuro. Ciertamente ha resultado sinuoso el camino que hemos labrado para convertirnos en una realidad sociopolítica, compleja, plural, dinámica y cambiante hasta configurar la Euskadi de hoy. Y a pesar de los bruscos cambios soportados, a pesar de las difíciles circunstancias a las que ha tenido que enfrentarnos hemos mostrado reiteradamente nuestra voluntad de permanencia, y de preservar en medio de las dificultades nuestras señas de identidad, nuestros referentes histórico-culturales, el euskera y nuestro sentimiento de pertenencia a una comunidad histórica por encima de delimitaciones político-administrativas. EAJ/PNV nació como agrupación de aquellos vascos que, más allá de la no aceptación del despojo político e institucional practicado en el siglo XIX en nombre de la nación española, afirmaron el ser nacional del Pueblo Vasco y se unieron para la consecución de los derechos políticos inherentes a tal condición y ello en igualdad de condiciones a otros pueblos, naciones y estados siempre en un contexto de futuro que se situaba, cual visión de futuro, en el plural y variado continente europeo. Es ahí, en la Europa política donde vemos al “Zazpiak Bat” irrenunciable de las siete tierras vascas.
Un recuerdo muy emocionado a nuestros mayores, a todos aquellos que en momentos humanos y políticos complicados y difíciles apostaron sin titubear por la libertad, la democracia y el autogobierno de Euskadi. Un recuerdo por todos aquellos gudaris y milicianos leales con la legalidad republicana y que en su defensa virtieron su sangre y su vida. Un muy agradecido homenaje a todos los que no se resignaron en la dictadura, a esos que no se alquilaron ni realquilaron por nada ni por nadie y que, aún vencidos en el campo de batalla en una contienda abrumaduramente desigual, perseveraron impertérritos en su dignidad vital como ciudadanos y nacionalistas vascos.
Bajo la alargada e imperecedera sombra de aquel primer Gobierno Vasco del primer Lehendakari de Euskadi José Antonio Agirre y Lekube y de los que le sucedieron, Jesus Mari Leizaola, Carlos Garaikoetxea, José Antonio Ardanza, Juan José Ibarretxe y el actual Iñigo Urkullu, levanto mi copa y me uno y abrazo con todos los vascos y vascas repartidos a lo largo y ancho del mundo que creen, quieren y sienten, hoy más que nunca que Euskadi es una nación y que es la patria amiga de los vascos, nuestra única patria. Patria compartida, patria amiga y abierta.
Nunca a la contra ni trinchera, siempre a favor, en positivo, integradores e inteligentes, aurrera beti: Gora Euskadi Askatuta!! Gora!!
La patria, Euskadi, no puede ser una abstracción. Euskadi nación, mi patria, no es patria etérea, es colectivo de ciudadanos
Hemos sabido no perder el pulso y tras siglos continuamos siendo, continuamos con la conciencia de querer seguir siendo en el futuro.