El frontón de Orio tiene casi un siglo. Entonces se construyó en las afueras y como se hacían entonces los edificios. Su frontis ha sido motivo de alabanzas por todos los que han jugado y entrenado en él.

El elenco de pelotaris abarca desde los Arin, pasando por los Salsamendi y continuando con los Sarasua, Azkue, Tarantino, Intxauspe, Lizaso y un largo etcétera, sin contar con los Uzkun (Lertxundi), Barba, Churrero y una larga lista de aficionados y profesionales que se han hecho en este frontón.

Tenía razón, como casi siempre la tiene, el poeta que decía, con mejores palabras, “cuando te hablan en nombre de una patria, sujeta la cartera por si te quitan la tuya y vigila la del que te lo dice por si la tiene abierta”. Ya tuvimos problemas cuando se construyeron las viviendas hace medio siglo, pero no tuvieron la osadía de derribar el frontón. Desde aquí hago un llamamiento a a todos los vecinos de Orio: no dejéis que derriben el frontón. Os prometerán el oro y el moro, pero os quedaréis sin el frontón, como os quedasteis sin el camino de la playa? Os pido unión con “todos contra el derribo del frontón.”