Acaba de finalizar la feria de turismo de Fitur en Madrid, con un balance positivo en cuanto a las perspectivas turísticas de Euskadi y también, si lo hacemos bien, para Azpeitia. No faltó la delegación oficial del Ayuntamiento, que se sacó la foto en el stand de Euskadi con motivo de la Ruta Ignaciana Loiola-Manresa, que se quiere abrir al cumplirse en 2022 el 500 aniversario del itinerario que hizo San Ignacio de Loyola hasta Montserrat.

Es una excelente ocasión para no dejar pasar el momento y sumarnos con decisión e iniciativa a este proyecto que aúna tanto el carácter religioso-espiritual, el cultural como el de ocio y el deportivo. Cada uno de los que decidan emprender el camino sabrá qué le impulsa a hacerlo.

Pero garantizar una mínima infraestructura para los caminantes requiere una acción concertada y compartida tanto con las instituciones públicas de los municipios por donde transcurre la ruta como con las entidades privadas, bien infraestructuras hosteleras, albergues o instituciones religiosas. Es un claro ejemplo en el que una buena colaboración público-privada puede garantizar el éxito del proyecto. Azpeitia, con el Ayuntamiento a la cabeza, tiene que apostar por esta iniciativa. Sé perfectamente que surgió a impulsos de la Compañía de Jesús y que al mismo se ha sumado con decisión el Ayuntamiento de Manresa. No así el Ayuntamiento de Azpeitia. No al menos hasta ahora. Parece que lo ve pasar, sin hacer nada más que las visitas protocolarias de rigor, como si fuera algo ajeno a nosotros y no es así. No debe ser así. Es nuestra oportunidad para poner en valor el potencial turístico y cultural que tenemos. Azpeitia es referente en la vida del fundador de los jesuitas. No podemos permitir que el desinterés que mostró el actual equipo de gobierno para posibilitar la visita del restaurado hospital de la Magdalena y corregido tras el convenio exigido por los concejales de EAJ-PNV, se vuelva a repetir y se diga que es una iniciativa de una institución privada y ya está.

Azpeitia-Loiola se puede convertir en punto de partida de miles de caminantes-peregrinos porque son decenas de miles las personas que tienen la impronta y la influencia de la reconocida y extensa red educativa de los seguidores del santo azpeitiarra en los cinco continentes. Saben quién fue y saben de dónde era. Apoyar y trabajar este proyecto es también apoyar la promoción económica de Azpeitia. Aitor Gorrotxategi