Muchos la consideran la joya del balonmano español. Juega en lo más alto, en la División de Honor Élite Femenina, conocida popularmente como Liga Guerreras Iberdrola. Aunque nació en Petrer (Alicante), su carrera profesional le ha llevado a viajar por toda la geografía y ahora Donostia es su ciudad y el Super Amara Bera Bera su equipo. Aunque los entrenamientos copan la mayor parte su día a día, cuando tiene ratos libres suele acercarse a la playa, en concreto a la zona de Gros, donde le gusta sentarse en el muro que hay sobre el mar y disfrutar de los atardeceres y las vistas de Donosti. “Esa zona que encadena las tres playas es preciosa, es perfecta para ver el atardecer y se respira muy buen rollo”, reconoce. Precisamente allí quedamos con ella para la sesión de fotos. Su mirada de guerrera y su sonrisa no pasan desapercibidas.

PERSONAL

Edad: 21 años.

Fecha de nacimiento: 21 diciembre 2001, Petrer (Alicante).

Trayectoria: Empezó a los siete años jugando en el equipo de su localidad natal, pero pronto pasó al Elche, donde desarrolló sus cualidades deportivas hasta llegar a juveniles y debutar en la División de Honor. De ahí fichó por el Atlético Guardés, donde permaneció dos años, y el pasado junio de 2022 se incorporó al Super Amara Bera Bera, donde juega de central y lateral izquierdo. Ha logrado destacar y ser una de las mujeres más valoradas del panorama actual. También es internacional con la Selección Española de Balonmano y formó parte del equipo que representó a España en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ahora su futuro está puesto en Europa.

¿Cómo llegó el balonmano a su vida? 

Empecé a jugar con siete años por seguir el ejemplo de mi hermano. Le acompañaba siempre a los partidos, a campeonatos, veía que disfrutaba mucho y me gustaba esa unión que surgía al trabajar en equipo, así que cuando tuve que decantarme por un deporte, porque de pequeña también practicaba gimnasia rítmica, atletismo y natación, elegí el balonmano.

Empezó en Petrer, después pasó a Elche, empezó a destacar y con 18 años fichó por el equipo gallego Guardés. ¿Cómo se lleva salir de casa tan pronto?

En Elche estaba al lado de casa y llegué siendo cadete. Tuve la suerte de que este club contaba con un equipo en División de Honor y me dieron la oportunidad de jugar con él y terminar mi etapa juvenil en la máxima categoría. Fue cuando fiché por el Guardés cuando llegó el momento de salir de casa. Al principio tomé la decisión de marcharme un poco a la desesperada, no estaba bien ni deportiva ni psicológicamente y necesitaba un cambio. Los deportistas dedicamos mucho tiempo a esto y cuando no tenemos en la cabeza más que en el deporte, el deporte y el deporte, llega un momento en que pierdes la perspectiva. Pronto me empecé a encontrar mucho mejor y me di cuenta de que salir fuera fue una de las mejores decisiones deportivas que he tomado. 

¿El deporte profesional implica momentos y decisiones que le obligan a madurar antes de tiempo?

Totalmente. El deporte me ha hecho madurar muchísimo, antes de tiempo si me comparo con mis amigas. Salir de casa tan joven, tener que gestionar tu vida, tomar tus propias decisiones, enfrentarte a los problemas sola sin tener a tu familia alrededor... son situaciones que te obligan a madurar.

"El deporte profesional implica muchas renuncias”

Su agenda va un poco a contracorriente de la de sus amigas, no puede salir de fiesta porque tiene partido, campeonatos... ¿Compensa tanto esfuerzo?

Sí, sí que compensa, pero al principio cuesta. Cuando eres pequeña tienes que hacer muchas renuncias con tus amigas, con tu familia... Te pierdes cumpleaños, comidas... Pero yo soy una persona bastante independiente en este sentido, nunca he pensado ay que pena, me voy a separar de mi familia. He sido bastante valiente, aunque sí que, conforme pasan los años, he cambiado y me he hecho más casera. Ahora cuando vuelvo a casa me apetece quedarme tranquila, disfrutar de una cena familiar y no salir tanto. Echo de menos todo eso que antes no lo valoraba porque ya lo tenía.

¿Ha tenido que hacer muchas renuncias por el deporte?

Cuando eres pequeña y ves que estás en un momento de proyección deportiva apuestas de lleno por ello. Ese fue mi caso, y te pierdes muchos planes, pero el deporte es duro e implica muchas renuncias. Eso sí, cuando llegan recompensas como entrar en la Selección o jugar un Campeonato de España o un Europeo... Todo eso lo suaviza un poco. Lo más duro es cuando apuestas por el deporte, lo pones por delante de todo, y luego no recibes esos méritos, porque no siempre salen las cosas como te gustaría. Aun así tienes que seguir con tu objetivo para que en algún momento puedan llegar esas recompensas. 

De Galicia puso rumbo a Donostia para jugar en el Bera Bera. ¿Una decisión difícil?

Sí, para mí fue muy difícil tener que marcharme del Guardés porque allí tuve mis dos mejores años deportivos y también a nivel personal. Es un sitio que considero mi casa. Al principio tenía miedo de venir al Bera Bera porque es el mejor equipo de la Liga, está hecho para ganar, iba a estar con compañeras con muchísimo nivel y siempre te surge el miedo de si jugarás o no... Pero la adaptación fue muy bien.

Posando en la playa de Gros. Iker Azurmendi

¿Y qué tal ha sido el cambio de vivir en un pueblo pequeño de Pontevedra a una ciudad como Donostia?

Es todo muy distinto. La Guardia es un pueblo chiquitín, donde todo el mundo te conocía, es un pueblo que vive por y para el balonmano y que te hacía sentir muy arropada, muy querida. Como he dicho, fueron dos años muy buenos para mí y siempre lo llevaré dentro, pero el cambio me ha venido bien. Me siento muy bien en la ciudad, muy cómoda, me hacía falta esa sensación de vivir, y Donosti además es preciosa. También tengo que agradecer a la afición de aquí, últimamente se está llenando el pabellón, viene mucha gente... y ese apoyo se agradece.

¿Vive con otras jugadoras del equipo? ¿Qué tal es la convivencia?

Sí, el club te asigna un piso, y lo compartes con compañeras del equipo. Todas estamos muy acostumbradas a salir y movernos de un sitio a otro, a vivir aquí, a vivir allá... Es bonito estar en casa con más gente porque compartes experiencias, pero también puede ocurrir que llegas a saturarte porque pasamos mucho tiempo juntas.

¿Está dedicada por completo al balonmano o tiene algún plan B?

Llevo tiempo pensado que me gustaría estudiar Educación Infantil, pero ahora estoy dedicada 100% al balonmano.

Como jugadora, ¿cómo se define, qué cualidades destacaría?

Me defino como una persona y una jugadora valiente. Creo que para llegar donde estoy es necesario ser valiente, arriesgar, dejar cosas de lado, apostar, ir a muerte con todo. Yo creo que soy así. Y dentro del campo soy una jugadora que no me siento pequeña. Muchas veces me he enfrentado con jugadoras muy buenas, que están nominadas a ser las mejores del mundo, pero a mí eso no me hace achicarme, sino que me anima a crecer y saber que puedo llegar también a ese nivel.

¿Qué ha supuesto el deporte para usted, y en concreto el balonmano?

El deporte ha supuesto todo. Ahora mismo es mi vida al 95%. Tengo que decir que llevo años muy buenos y el balonmano me ha dado muchas alegrías. También es cierto que me ha dado cosas malas de las que cada día voy aprendiendo. Con el deporte he aprendido a tomar las decisiones de una forma que si te equivocas no duelan tanto, a entenderte con cada jugadora, con cada entrenador... El deporte me ha ensañado muchísimo. Cada vez que cambiamos de ciudad y de equipo conocemos a muchas personas nuevas, todas completamente distintas, y eso te enseña a empatizar, a entender mejor a la gente que no tiene tus mismos objetivos aunque compartas equipo. Hay jugadoras que no quieren dedicarse en el futuro a esto, simplemente están explotando sus habilidades porque se les da bien el balonmano, y a lo mejor si pierden un partido no se les va la vida en ello. 

Paula Arcos es a día de hoy una de las mejores jugadoras de balonmano, es internacional con la Selección Española y espera poder repetir en los Juegos Olímpicos. Iker Azurmendi

¿Es clave estar muy fuerte psicológicamente teniendo en cuenta la cantidad de decisiones que hay que tomar?

En el deporte, la parte psicológica es la más dura. Tomar decisiones es difícil porque no sabes cuando vas a acertar o te vas a equivocar, sobre todo en un deporte colectivo. Por eso a la hora de tomar decisiones lo intentamos hacer cuando tenemos un seguro de vida, por decirlo así, que es saber que puedes llegar a conseguirlo. Es muy duro tener que estar un año sin dar tu 100%, sin saber si vas a llegar a alcanzar ese objetivo.

El balonmano en la zona norte está bastante fuerte con tres equipos en la liga Guerreras: el Bera Bera, el Zuazo en Barakaldo y el Beti Onak en Navarra. ¿Casualidad?

Desde mi visión personal, ahora que estoy en el Bera Bera y que en cierta forma represento un poquito lo que es el balonmano en la zona del País Vasco y Navarra, para mí es un orgullo ver cómo cada vez se apuesta más por este deporte, cada vez hay más patrocinadores que nos apoyan... Me alegra que los equipos que estén subiendo como el Beti Onak estén haciendo grandes apuestas. Y para todas nosotras, tengo que decir a la hora de los desplazamientos es una ventaja jugar a tan solo una hora de casa. Ayuda mucho a recuperarte. 

Lo cierto es que para la cantera las jugadoras son una gran referente, aunque jueguen y sean de otro equipo se han convertido en sus heroínas.

Es verdad que Bera Bera, como he dicho, siempre ha sido un equipo hecho para ganar. Yo he estado en equipos de media tabla y ahora que estoy aquí veo que los objetivos son totalmente distintos. Bera Bera tiene una exigencia, ganar sí o sí, por parte del club porque tiene una plantilla para poder conseguirlo, por parte de las jugadoras porque cuando más nivel hay más exigentes somos, y por parte de la afición, porque está acostumbrada a estos resultados. Si perdemos nos estamos defraudando a nosotras mismas y al nombre del equipo. Todo eso hace que aquí se reúnan las mejores jugadoras. Y todo eso da mucha visibilidad y hace que las niñas tengan ese afán por el equipo.

Cuando era pequeña, ¿soñaba con llegar tan lejos?

Sí, lo soñaba, claro. Todo lo que me está pasando es un sueño, a día de hoy lo pienso y me parece muy fuerte que las niñas vengan a pedirme fotos, cuando hace unos años podría ser yo esa niña que iba pidiendo fotos a las jugadoras de la Selección. Intento mostrar a todas esas niñas que se acercan a mí que soy una persona normal, que no estoy por encima de nada y que ellas también pueden llegar en algún momento a conseguir esto.

"Deportivamente, la mejor experiencia que he vivido son los Juegos Olímpicos"

Ha jugado en el Europeo, en el Mundial, en los Juegos Olímpicos... ¿Si tuviera que escoger un momento especial de su carrera?

Deportivamente la mejor experiencia que he vivido son los Juegos Olímpicos, pero para recordar un momento clave a día de hoy es mi salida al Guardés. Lo tengo marcado en mi corazón, fue una muy buena decisión. Fui muy feliz esos dos años, en todos los sentidos. A raíz de esa salida di el salto, empecé a jugar muchos minutos en la liga, empecé a ser protagonista de un equipo y eso es lo que a mí, de momento, más me ha marcado en mi carrera deportiva.

¿Y cómo vivió la experiencia de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio?

Lo he intentado explicar a la familia y los amigos, pero es muy difícil definir con palabras la sensación de vivir en una villa olímpica con los mejores jugadores del mundo. Desde que te despiertas estás con los cinco sentidos puestos, ya no vale ponerse junto a tal persona y sacarte una foto de recuerdo, es que estás viviendo experiencias nuevas durante todo el día, te estás deseando suerte con los mejores jugadores del mundo... A nivel deportivo no logramos los objetivos deseados, pero a nivel personal fue increíble.

¿Cree que podría volver a repetir y participar en la próxima cita de los JJOOen París 2024?

Ojalá. Lo tengo como objetivo para el año que viene, de primeras clasificarnos y de segundas que el seleccionador pueda contar conmigo. 

¿Cómo es su día a día?

Es muy simple. Por la mañana, después de desayunar, nos vamos al gimnasio, después volvemos a comer porque a las 3.30 empieza el entrenamiento. Solemos empezar con vídeo de 3.30 a 4.30 para preparar el partido, y luego entrenamos hasta las seis más o menos. Y entre que te duchas y hablas un rato se te pasa la tarde. 

Están muy concentradas en el balonmano, ¿pocas veces se salen del plan?

Los miércoles por la mañana tenemos libre y aprovechamos para ir hasta la playa, dar un paseo... También a veces nos juntamos todas para tomar algo y son ratos muy guays, hacemos mucha vida y nos lo pasamos muy bien. Pero el día a día, cuando es una semana normal con su partido el sábado, hacemos una vida muy rutinaria.

¿Y el tema de la nutrición, es muy exigente o se pueden permitir caprichos?

Depende del físico de cada jugadora. Yo no tengo ningún tipo de dieta pero sí que soy consciente de lo que me sienta bien o mal, de lo qué me hacer rendir más o menos... Mientras yo pueda controlar eso, no coja kilos de más, ni tenga una alimentación que me reste para mi rendimiento voy a seguir así. Pero sí que hay otras jugadoras que necesitan más seguimiento. En cualquier caso la alimentación es muy importante, tanto a nivel de rendimiento como para evitar lesiones.

¿Qué momento atraviesa el balonmano en España a día de hoy?

A nivel de la Liga, veo que cada vez se está apostando y metiendo más dinero tanto en los equipos más altos como en los de mediatabla. Quizá es egoísta hablarlo así, pero al final nosotras necesitamos vivir de ello. Hay clubs que van mejorando sus condiciones, que cada vez se están profesionalizando más, como aquí en Bera Bera, que está haciendo contratos de once meses. A nivel de la Selección se está dando un cambio de generación, lo que implica que vienen años duros y las jugadoras tenemos que tomárnoslo como un reto para seguir mejorando las condiciones.

¿Por qué para las jugadoras españolas jugar en el extranjero suele ser el objetivo?

Sobre todo porque en el extranjero te haces más visible y también porque a nivel económico está todo más valorado. Para mí personalmente la parte económica es la menos importante, pero sí que salir al extranjero es mi objetivo para estar entrenando con gente superior, para conocer a personas de otros países, que no hablan tu idioma, para trabajar con nuevos entrenadores... Todo eso lo veo como un reto a nivel personal. Y creo que para muchas jugadoras salir permite dar ese salto y jugar a balonmano en Francia, Rumanía, Dinamarca o en los países nórdicos, donde se vive mucho. Como jugadora gusta sentir esa sensación, sentir que tienes una afición, unos ultras a favor tuya...