La película ha tenido de todo: diez años de producción, un retraso en su estreno de casi dos años, la polémica por la elección de una actriz cubana para encarnar a la diva de Hollywood… Pero parece que por fin el viento sopla a favor no solo del film, que fue estrenado en el festival de cine de Venecia, sino también a favor de su protagonista, que se llevó 17 minutos de ovación por su trabajo en la cinta. Una interpretación juzgada con lupa por la crítica y que recibió el beneplácito del Festival de Cine de San Sebastián, donde fue una de las grandes sorpresas.

Lo que viene a ser Blonde es un dibujo de la vida de Marilyn Monroe a partir de la década de los cincuenta y principios de los sesenta. En aquellas décadas la estrella ya había dejado muy atrás el nombre de Norma Jeane Mortenson (o Baker) y había impreso su nombre en letras doradas en la Edad de Oro de Hollywood. El film está basado en la novela homónima escrita por Joyce Carol Oates, que cuenta, a lo largo de 700 páginas, con personajes tanto reales como ficticios, desde los primeros concursos de belleza con tan solo 15 años, hasta su relación con Billy Wilder en las películas The Seven Year Itch (La tentación vive arriba) y Some Like It Hot (Con faldas y a lo loco), sus matrimonios con el beisbolista Joe DiMaggio y con Arthur Miller, o su insólita muerte tras una aventura con el expresidente Kennedy.

El cartel de la película 'Blonde'.

El cartel de la película 'Blonde'.

El peso del relato recae sobre una sobresaliente Ana de Armas, en el que ha sido el papel de su carrera (y eso que viene de ser chica Bond en 007: No Time To Die) a la que acompañan nombres como Adrien Brody, Bobby Cannavale y Rebecca Wisocky.

Marilyn y la moda

Uno de los aspectos más mimados y cuidados en la cinta han sido los estilismos que luce Ana de Armas en su interpretación, y no es para menos, sobre todo teniendo cuenta la influencia en el mundo de la moda y del glamour de Marilyn, construyendo un nuevo tipo de ideal femenino. Con sus chaquetas ceñidas o sus amplios jerséis, sus pantalones cortos o por encima del tobillo, y sus emblemáticos vestidos de vuelo ceñidos en la cintura, Marilyn creó en su época un estilo nuevo que consistió, más que en innovar, en adaptar a la vestimenta diaria prendas que realzaban el cuerpo.

El gran parecido de Marilyn Monroe y Ana de Armas.

Pero no nos equivoquemos, a lo largo de su vida nunca fue considerada un icono de la moda, algo que sí ocurrió con otras mujeres como Jackie Kennedy, Grace Kelly o Audrey Hepburn. Es más, ella fue definida en aquel momento como excesivamente vulgar y provocativa, y a pesar de que hoy en día se habla de Marilyn como una representante de la moda clásica, las prendas que utilizaba en los años 50 eran consideradas atrevidas y arriesgadas. Joan Crawford, por ejemplo, criticó su vestimenta por su “vulgaridad”. 

Tal vez la clave de su estilo estuvo en que no siguió tendencias; simplemente, conocía su cuerpo y sabía lo que le favorecía, y ahora, visto con distancia, su legado podría ser que aprovechó y tomó lo femenino y lo hizo poderoso. Sin ir más lejos, el vestido dorado de lamé con pliegues diseñado por William Travilla para Gentlemen Prefer Blondes (Los caballeros las prefieren rubias) fue juzgado como demasiado revelador y condenado a ser visto solo brevemente en la película. Vale, en pantalla no lo pudo lucir como ella quería, pero fue la propia actriz la que insistió en usar el vestido para aceptar su premio en los Photoplay Awards, en el hotel Beverly Hills, en 1953.

Con actitudes como esta queda claro que la rubia más famosa del mundo influyó con los estilismos de sus películas, y su imagen fuera de la pantalla tuvo un impacto directo en la manera de vestir que tenían las mujeres, con jeans de talla alta, blusas blancas, camisas de cuello polo, faldas de tubo, vestidos midi negros y gafas de sol en forma de cat-eye.

El vestuario de ‘Blonde’

Jennifer Johnson fue la diseñadora elegida para recrear el vestuario del mito de Hollywood en el proyecto Blonde. No era nada fácil el reto que tenía por delante y ella lo sabía. Desde el principio aseguró que su objetivo era que la ropa mostrara a la verdadera Marilyn. “En esta película hay dos Marilyns: por un lado, Marilyn Monroe; por otro, Norma Jeane”, decía. 

Un momento del rodaje.

Ella venía de otras producciones en las que el vestuario tenía un peso importante, tales como Yo, Tonya o Kajillionaire, de Miranda July, pero el verdadero obstáculo se lo encontró con los plazos: disponía de solo cuatro semanas para preparar el proyecto, y lo primero que hizo para documentarse fue leer el guion e identificar las escenas en las que el atuendo de la estrella tenía especial relevancia. Lo siguiente fue ver todas las películas de la Monroe y buscar fotografías suyas para comprender mejor los célebres vestidos que intentarían recrear. “Tuvimos que investigar mucho para que las recreaciones no parecieran un disfraz y Ana pudiera lucirlas con toda naturalidad”, remacha. 

Si algo caracteriza a esta película es que marca una clara diferencia entre Marilyn (la bomba sexual que se veía en sus apariciones públicas) y Norma, una mujer inteligente y sensible, así que Johnson asegura que todo comenzó diferenciando claramente los rasgos estilísticos de cada una de estas dos mujeres. Para sus escenas como Norma, Johnson quería que Ana de Armas llevara ropa sencilla: “Norma Jeane era bastante minimalista”, señala. Lo realmente complicado llegó cuando tuvo que vestir a Marilyn en momentos que han pasado al imaginario popular y que el público conoce al milímetro. Reproducir sus momentos más deslumbrantes se convirtió en un verdadero desafío, ya que se trataba de vestidos que hizo famosos en el mundo entero y que han sido imitados hasta la saciedad.

Dos vestidos icónicos

La tentación vive arriba: En la escena más famosa combate el calor veraniego con los respiraderos del metro de Nueva York, mientras su vestido blanco de amplio vuelo se levanta dejando ver sus piernas. Estrenado en junio de 1955, el film otorgó a Marilyn Monroe no solo su primera nominación a los Premios Bafta, sino también el portar el vestido más icónico de todos los tiempos. El vestido de tirantes, elaborado en crepe de georgette y creado por William Travilla, impresionó a los espectadores por un llamativo escote halter, una cintura marcada y una falda plisada de vuelo y de largo midi, que en aquellos tiempos se consideró revolucionario. Un dato con respecto a esta escena que se desconocía es que a pesar de las 14 tomas y las tres horas de rodaje, tal y como apareció en la película se volvió a rodar posteriormente ya en el estudio, en California.

El famoso vestido de 'La tentación vive arriba'.

El famoso vestido de 'La tentación vive arriba'.

Los hombres las prefieren rubias. Este vestido lo lució en la película, estrenada en 1953, en la escena en que salía cantando la famosísima canción Diamonds are a girl’s best friend. De un intenso rosa, escote palabra de honor y un gran lazo al final de la espalda, Marilyn acentuó la sensualidad del modelo con unos largos guantes en el mismo tono. Este momento se convirtió en la principal inspiración de Madonna para crear su canción Material Girl. Es más, la artista alquiló el diseño a Palace Costume and Prop Company para poder usarlo durante el videoclip. Posteriormente, en 2010 fue subastado por el precio de 310.000 dólares.

El vestido rosa de 'Los hombres las prefieren rubias'.

El vestido rosa de 'Los hombres las prefieren rubias'.