No cabe duda que el gran hito de 2024 en lo que se refiere al proyecto europeo lo constituirán las elecciones europeas que se celebrarán del 6 al 9 de junio próximos. De las urnas saldrá, no solo la nueva composición de la Eurocámara, sino los pactos de las familias políticas que harán posible los nombramientos clave en las instituciones de la Unión Europea. Tocará renovar caras, pero también en gran medida, prioridades de la agenda europea, baqueteada hoy por la incertidumbre y las crisis internacionales. Previamente, una presidencia semestral disminuida, la belga, pues, Bruselas entrará en periodo de campaña en mayo.

Cuatro meses escasos en los que tratar de cerrar asuntos de urgencia entre los que se encuentran la renovación intermedia del Marco Financiero Plurianual 2021-2027, con una cita crítica, el Consejo Europeo extraordinario del 1 de febrero. Pero el 2024 viene marcado de nuevo por la guerra en Ucrania, que casi culmina ya su segundo año de conflicto y que sigue condicionando las decisiones de los 27.

ELECCIONES EUROPEAS

Las próximas elecciones para elegir a los 705 diputados al Parlamento Europeo se celebrarán entre el seis y el nueve de junio de 2024. Las anteriores elecciones de mayo de 2019, contaron con una participación del 50,66%, un aumento de ocho puntos en comparación con la anterior votación de 2014.

La renovación de los legisladores también provocará cambios en la cúpula de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, lo que significa que los puestos que actualmente ocupan Ursula von der Leyen y Charles Michel estarán en juego. Von der Leyen aún no ha confirmado si tiene intención de presentarse a un segundo mandato de cinco años como presidenta de la Comisión Europea. En el caso de Michel, el presidente del Consejo Europeo tiene prohibido por ley seguir al frente de la institución, ya que el puesto está limitado a dos mandatos consecutivos de dos años y medio cada uno. Michel fue reelegido presidente en marzo de 2022.

PRESIDENCIA BELGA Y HÚNGARA

El año que llega se abre con la presidencia belga y un escaso margen de recorrido, pues, en mayo las instituciones europeas entrarán en una campaña electoral. Sin embargo, los belgas que son unos especialistas dada su larga experiencia comunitaria, han fijado sus prioridades: defender el Estado de Derecho, la democracia y la unidad; fortalecer la competitividad de la Unión Europea; en pos de una transición ecológica justa; reforzar la agenda social y sanitaria; proteger a las personas y las fronteras y promover una Europa global.

Después de las elecciones, el 1 de julio recogerá el testigo de Bélgica, la Hungría de Viktor Orbán, el enfant terrible, malo de la película europea y aliado en la Unión Europea de Putin. Ser presidente de turno de la Unión no le da poderes especiales, pero sí la notoriedad de la imagen al presidir los consejos de ministros. Sin embargo, Hungría dependerá mucho de sus resultados y de los de sus correlegionarios de la ultra derecha europea en las elecciones de junio, la capacidad de venirse arriba que pueda tener durante su presidencia.

GUERRA DE UCRANIA, GAZA Y COMICIOS EN EEUU

Más allá de las elecciones europeas, salvo las legislativas que se celebrarán en marzo en Portugal, tras la dimisión del primer ministro socialista, Antonio Costa, las presidenciales en Finlandia y las parlamentarias en Bélgica, no se vota en ninguna de las potencias europeas. Sin embargo, la Unión Europea estará muy atenta a las elecciones a la presidencia de Estados Unidos que tendrán lugar el próximo noviembre. Una cita incierta, cuyos candidatos aun desconocemos, pero que podría reeditar el anterior duelo Biden-Trump. Mientras, el escenario internacional, muy previsiblemente seguirá sacudido por dos conflictos armados de dimensión global. La guerra de Ucrania que, en febrero cumplirá su segundo aniversario, sigue sin aportar avances hacia una salida por la vía de la victoria de uno de los contendientes o por la negociación pactada de paz. En esas circunstancias, se empieza a agotar la unidad de la Unión Europea para defender la ayuda incondicional al gobierno de Zelensky. Finalmente, la guerra en Gaza, salvo ampliación de la zona de influencia y la entrada de otros países en ella, tiene visos de ahondar la falta de consenso entre los 27 y la imposibilidad de una paz basada en los dos Estados, Israel y Palestina como defienden las instituciones europeas.