El Kremlin tachó hoy de "exageradas" las medidas que planea tomar Finlandia para proteger su frontera con Rusia después de su cierre total este jueves.

"No hay ningún conflicto. Nada ni nadie amenaza a Finlandia. En este caso, se trata de medidas exageradas para garantizar la seguridad fronteriza", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.

Peskov reaccionó así a unas declaraciones de autoridades polacas que confirmaron la intención de enviar asesores militares a la frontera finlandesa con el objetivo de hacer frente al "ataque híbrido" ruso con el envío de migrantes.

Llegada masiva de migrantes

"Polonia tiene la intención de responder positivamente a la petición de nuestro aliado de la OTAN y socio de la UE. Un equipo de asesores militares aportará conocimientos sobre el terreno sobre la seguridad fronteriza, también en términos operativos", señaló al respecto Jacek Siewiera, jefe de la Oficina polaca de Seguridad Nacional.

Según el Kremlin, actualmente en la frontera ruso-finlandesa "no hay ninguna tensión", pero esta puede surgir con el envío de "agrupaciones adicionales" a la zona.

"Los finlandeses deben ser conscientes de que aumentar la concentración de unidades militares en nuestras fronteras supondrá una amenaza para nosotros", recalcó.

Previamente, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, confirmó que Moscú ha recibido la comunicación oficial de Helsinki sobre el cierre del último puesto fronterizo que quedaba abierto entre ambos países desde el 30 de noviembre.

Mientras, Finlandia y los países bálticos alertaron este miércoles de la "amenaza" que supone lo que aseguran es una instrumentalización de migrantes por parte de Rusia en la frontera finlandesa, con ocasión de una reunión de ministros de Exteriores de la OTAN en Bruselas.

Según el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, la clausura del puesto fronterizo de Raja-Jooseppi, el único de los ocho que permanecía abierto, es una medida "necesaria y proporcionada" que estará vigente hasta el 13 de diciembre.

Una vez entre en vigor, no será posible solicitar asilo en la frontera terrestre con Rusia, la más larga de la Unión Europea con 1.340 kilómetros, y los únicos puntos donde se permitirá serán los puertos y aeropuertos internacionales del país nórdico.