El Gobierno finlandés anunció este martes el cierre total de su frontera con Rusia a partir del jueves para impedir que sigan llegando refugiados de terceros países a través del país vecino, una medida que estará vigente hasta el 13 de diciembre.

El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, afirmó en rueda de prensa que la clausura del puesto fronterizo de Raja-Jooseppi, el único de los ocho que permanecía abierto, es una medida "necesaria y proporcionada".

"Se trata de actividades de injerencia rusa y eso es algo que no aceptamos", dijo Orpo. 

Una vez entre en vigor, no será posible solicitar asilo en la frontera terrestre con Rusia, la más larga de la Unión Europea con 1.340 kilómetros, y los únicos puntos donde se permitirá serán los puertos y aeropuertos internacionales del país nórdico.

El Gobierno finlandés sostiene que el fuerte incremento de refugiados que llegan a su frontera oriental se debe a un "ataque híbrido" de Moscú destinado a desestabilizar el país tras su reciente ingreso en la OTAN y su decidido apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia.

"Rusia ha provocado esta situación y también puede ponerle fin", dijo el primer ministro finlandés.

Según las autoridades migratorias, solo en noviembre han llegado a Finlandia unos 900 solicitantes de asilo de terceros países desde Rusia, treinta veces más de lo habitual, pese al cierre de siete de los ocho puestos fronterizos en las dos últimas semanas.

El flujo se ha reducido mucho desde el viernes pasado, cuando cerraron todos los puestos fronterizos menos el más septentrional y remoto, aunque las autoridades finlandesas creen que Moscú no ha detenido su instrumentalización migratoria.

"La cuestión no es la cantidad de refugiados que llegan, sino los motivos detrás de su llegada", afirmó en la misma rueda de prensa la ministra de Interior, Mari Rantanen.

Rantanen, del partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, afirmó que el cierre total de la frontera no es una cuestión de políticas de asilo o inmigración, sino de seguridad nacional.

"Finlandia es el objetivo de una operación híbrida rusa", reiteró Rantanen y aseguró que el Ejecutivo finlandés está preparado para que Moscú continúe e incluso extienda su injerencia externa, pese al cierre de la frontera común.