El portavoz del Ministerio de Exteriores israelí, Lior Haiat, aseguró ayer que “no es el momento de negociar” con el grupo islamista Hamás para el rescate de las entre 100 y 150 personas que el Gobierno israelí cree que han sido secuestradas o capturadas por los milicianos palestinos. “No es el momento de negociar. Todavía estamos en guerra. Estamos contando nuestros cuerpos. Seguimos luchando contra los terroristas en nuestro territorio”, dijo Haiat en una rueda de prensa virtual, tras ser preguntado sobre el posible envío por parte de Canadá de un equipo de expertos en rescate de rehenes. Haiat subrayó que no se negociará hasta que concluya la primera parte de la operación militar.

El portavoz recordó que hay 300.000 militares desplegados entorno a la Franja de Gaza y la frontera con el Líbano, donde ha aumentado la tensión con el grupo chií libanés Hizbulá en las últimas horas e insistió en que “Israel está en guerra y hará todo lo que sea necesario para ganarla. No tenemos otra opción”.

En este sentido, apuntó que “la guerra contra Hamás no va a ser una operación corta, sino a una guerra larga y dura”. “Comenzaremos nuestro ataque contra la infraestructura de Hamás en Gaza y nuestro objetivo es crear una nueva realidad en la que la organización terrorista Hamás no sea capaz de volver a atacar a civiles israelíes como lo ha hecho”, dijo.

Ataque en tres ejes

Por su parte, el portavoz del Ejército israelí Peter Lerner recordó que las operaciones militares contra Hamás se dirimen en tres ejes. El primero gira en torno a la defensa del territorio israelí ante la posibilidad de que “haya terroristas en territorio israelí” y a la evacuación de las personas que se encuentran en la línea del frente.

Lerner precisó que ya se ha evacuado a la “mayoría de las personas” que lo solicitaron. En cuanto al segundo eje, se refirió a las operaciones militares que están en marcha y cuyo objetivo es “acabar con la capacidad de Hamás para que no vuelva nunca a causar daño en Israel”, que incluye “destrozar” la infraestructura gubernamental y operacional del grupo. “Por eso estamos golpeando su infraestructura física, su infraestructura terrorista y a sus líderes”, dijo, antes de apuntar que el tercer eje es la búsqueda de apoyo internacional.

Asimismo, Lerner aseguró que se deberá investigar cómo Hamás pudo penetrar de esa manera en Israel, pero precisó que este no era el momento “Obviamente, tendremos que revisar cuáles han sido son las causas de esto, ¿Cómo ocurrió? Pero no estamos preparados todavía para hablar sobre esto, porque estamos centrados en cómo evitar que vuelva a ocurrir”, dijo. Según Lerner, habrá que revisar e investigar las circunstancias a nivel de los servicios de inteligencia, también lo que ocurrió con la barrera fronteriza que fue penetrada, así como lo que ocurrió con la primera línea de defensa “que supuestamente debería haber respondido y se vio sobrepasada”.

El número de fallecidos en Israel por el ataque sorpresa del sábado del movimiento islamista Hamás superó ayer los 1.200 y los heridos superan los 3.000, mientras que los bombardeos israelíes en Gaza han causado ya 1.055 muertos y al menos 5.184 heridos. A estas cifras se les suman al menos 1.000 palestinos muertos en territorio israelí en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad tras infiltrarse desde la Franja, según las últimas estimaciones del Ejército.

Falsa alarma

Por otro lado, Israel descartó ayer una infiltración en su espacio aéreo desde Líbano tras la activación de las sirenas de alarma y la orden a los ciudadanos de las zonas del norte de refugiarse hasta nuevo aviso, en medio de la guerra entre el Estado judío y las milicias palestinas de la Franja de Gaza. “Tras los informes sobre una infiltración en el espacio aéreo israelí desde Líbano, hasta el momento se ha descartado una sospecha de infiltración”, indicó un portavoz del Ejército, al precisar que el llamado a los ciudadanos para refugiarse se produjo por “un error humano”. Daniel Hagari, portavoz del Ejército israelí, confirmó que no hubo incidente de seguridad y que se investigará la razón por la cual se activaron las alarmas de infiltración de drones.

Las sirenas se activaron en la zona de los altos del Golán, en el norte de Israel y fronteriza con Líbano y Siria, y pusieron en alertas a zonas de Israel como Safed o Tiberías.

La tensa frontera de Israel y Líbano, que están técnicamente en guerra, se crisparon aún más después de que el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto en la Franja, sorprendiera a Israel el sábado pasado con un ataque sin precedentes por tierra, mar y aire.

Lo cierto es que un misil antitanque fue lanzado ayer desde Líbano contra un puesto militar israelí en las cercanías de Arab al Aramshe, una comunidad ubicada a pocos cientos de metros de la frontera libanesa, sin causar daños o heridos.

Las fuerzas israelíes respondieron con ataques en territorio libanés, en el cuarto día consecutivo de hostilidades en la zona fronteriza.

Desde el domingo, el grupo chií libanés Hizbulá y las facciones palestinas en territorio libanés han protagonizado disparos de cohetes y misiles, además de al menos una infiltración en Israel. Por su parte, las tropas israelíes han atacado con artillería y bombardeos aéreos un gran número de puntos en el sur del Líbano.

La violencia se ha saldado hasta el momento con la muerte de tres miembros de Hizbulá, a los que se suman algunas bajas en las filas de la Yihad Islámica Palestina (YIP) y tres muertos en el Ejército israelí ocurridos el pasado lunes.