El líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, ha asegurado este lunes que su objetivo con la rebelión armada no era derrocar al "Gobierno elegido democráticamente" del presidente ruso, Vladimir Putin, y ha afirmado que los mercenarios se dieron la vuelta "para evitar un derramamiento de sangre".

"Lamentamos haber golpeado a la Fuerza Aérea, pero eso es porque estaban lanzando bombas (...). Ni un solo militar murió en el suelo (...). El propósito era evitar la destrucción de Wagner y llevar ante la justicia a quienes cometieron tantos errores en el curso de la operación militar especial", ha señalado Prigozhin, en paradero desconocido en sus primeras declaraciones tras la rebelión que puso a las fuerzas rusas en estado de alerta a lo largo del fin de semana.

"Comenzamos nuestra marcha debido a una injusticia", ha remachado tras referirse a la muerte de 30 miembros de su grupo en ataques de las Fuerzas Armadas rusas.

Asimismo, Prigozhin ha indicado que si los mercenarios de Wagner hubiesen estado al frente de las primeras operaciones en suelo ucraniano tras anunciarse la "operación militar especial" --en alusión a la invasión rusa de Ucrania--, los enfrentamientos hubiesen durado escasos días, ha recogido el portal de noticias Meduza.

"Nos detuvimos cuando la primera unidad de asalto estaba a 200 kilómetros de Moscú. Desplegó su artillería, realizó un reconocimiento de la zona", ha relatado. "Era evidente que se iba a derramar mucha sangre, así que consideramos que la demostración de lo que íbamos a hacer era suficiente", ha argumentado.

Prigozhin ha explicado que los dos motivos por los que pararon la marcha fue que "no queríamos derramar sangre rusa" y el segundo, que "queríamos expresar nuestra protesta, no derrocar al Gobierno del país".

"Nuestras acciones revelaron serias brechas de seguridad en todo el país: bloqueamos todos los aeródromos y unidades militares. En 24 horas recorrimos una distancia similar a la de las tropas hacia Kiev el 24 de febrero y desde ese mismo punto hacia Uzhgorod", ha subrayado el líder de Wagner en una grabación de audio de 11 minutos.

Prigozhin ha destacado además la mediación del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien "tendió su mano y ofreció una solución para que Wagner pueda trabajar en una jurisdicción legítima".

Horas después del inicio de la rebelión y ante el avance de las unidades del Grupo Wagner hacia Moscú, el Kremlin anunció un acuerdo que implica que Prigozhin se traslade a Bielorrusia, así como la retirada de cargos por traición contra él y garantías de no encausar a los miembros del grupo de mercenarios por sus acciones.

Tras el acuerdo, Prigozhin dio orden a los miembros del grupo a abandonar las posiciones tomadas durante su avance, incluido su repliegue del centro de la ciudad de Rostov del Don, de cara a una reducción de las tensiones, derivadas de su lucha contra la cúpula del Ministerio de Defensa y el Ejército ruso en el marco de la invasión de Ucrania, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.