Corea del Norte informó ayer que el cohete espacial que lanzó con un satélite de reconocimiento a bordo se estrelló en el mar Amarillo por un fallo técnico y que volverá a intentar pronto otro lanzamiento de este tipo. El satélite se lanzó en un cohete Chollima-1, un nuevo tipo de proyectil, desde la estación de lanzamientos espaciales de Sohae (noroeste del país), informó la agencia KCNA. El medio estatal norcoreano indicó que tras la separación de la primera fase del cohete “el encendido del motor de la segunda fue anormal, por lo que perdió propulsión y se estrelló en el mar del Oeste” (nombre que recibe el mar Amarillo en las dos Coreas).

Un portavoz de la Administración Nacional de Desarrollo Aeroespacial (NADA) norcoreana citado por KCNA indicó que se investigarán “los fallos en detalle” y que se “idearán urgentemente medidas científicas y tecnológicas para solucionarlas y llevar a cabo un segundo lanzamiento lo antes posible tras varias pruebas parciales”.

Poco antes del anuncio norcoreano, el Ejército del Sur ya informó de que el cohete espacial lanzado se había estrellado en el mar Amarillo. “El proyectil sobrevoló el mar al oeste de las isla de Baengnyeong y cayó a unos 200 kilómetros al oeste de la isla de Eocheong (50 kilómetros al oeste de la costa surcoreana y 180 kilómetros al suroeste de Seúl) debido a un vuelo anormal”, señaló el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano en un breve comunicado.

Fuentes militares surcoreanas y del Gobierno nipón habían también indicado a medios locales que el cohete había desaparecido del radar antes de alcanzar las zonas donde el régimen norcoreano había alertado a comienzos de semana de la posible caída de las distintas fases del cohete y del carenado del mismo.

Ensayo encubierto

El lanzamiento norcoreano causó la activación de las alertas antimisiles en torno a las 6.30 hora local en Seúl y en la prefectura japonesa de Okinawa (sudoeste), por donde habría sobrevolado el proyectil, instando a la posible evacuación ciudadana.

Las autoridades niponas retiraron la alerta en los veinte minutos posteriores al considerar que no existía riesgo de que se produjera impacto en territorio nacional, mientras que el Gobierno metropolitano de Seúl levantó también la recomendación de prepararse para evacuar.

Seúl y Tokio, que convocaron reuniones de urgencia para analizar la situación, denunciaron que el lanzamiento sería en realidad un ensayo encubierto para testar tecnología de misiles balísticos, algo que castigan las sanciones de la ONU que pesan sobre Pionyang. Corea del Norte había confirmado en la víspera que lanzaría en los próximos días desde Sohae un cohete espacial cargado con un satélite de reconocimiento militar, en línea con su reto de modernización armamentística.

Condena de la OTAN y la UE

La OTAN y la Unión Europea expresaron su condena al lanzamiento del misil por parte de Corea del Norte que se precipitó sobre el mar Amarillo. “Condeno enérgicamente el intento de lanzamiento de un satélite militar por parte de Corea del Norte, utilizando tecnología de misiles balísticos”, señaló el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Según subrayó la Alianza, este episodio eleva más las tensiones y plantea “graves riesgos” para la seguridad de la región, además de constituir una flagrante violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

En la misma línea, la Unión Europea condenó el incidente, reiterando que se trata de un paso más en el “continuo y total desprecio” por parte Piongyang de las resoluciones de la ONU y que supone una “amenaza a la paz y la seguridad internacionales y regionales”.