El ministro de Exteriores de Marruecos, Naser Burita, destacó ayer la “dinámica cuantitativa y cualitativa” en Europa sobre el plan de autonomía presentado en 2007 por Rabat para resolver el conflicto de Sáhara Occidental, una opción rechazada de plano por el Frente Polisario. “Al menos diez países europeos han expresado claramente su valoración positiva de la iniciativa de autonomía”, señaló tras un encuentro con su homólogo de Luxemburgo, Jean Asselborn, citando entre ellos a España, Francia, Alemania y Países Bajos.

Asimismo, aseguró que esta “dinámica” se ve reflejada en otras zonas del mundo y recordó el “apoyo fuerte, visible y constante” de diversos países árabes y africanos, así como el de Estados Unidos, del que manifestó que “constituye un punto de inflexión en esta cuestión”.

Burita subrayó que el papel de Europa es importante debido a que “es una voz escuchada” que “no reacciona emocionalmente” y agregó que “está cerca del diferendo regional, según ha recogido la agencia estatal marroquí de noticias, MAP.

“Conoce su génesis, su coste y la importancia de una solución pragmática y realista”, argumentó el ministro de Exteriores marroquí, que hizo hincapié en que esta “dinámica” respalda además los esfuerzos de Naciones Unidas para lograr una “solución realista”.

“Este impulso en torno a la iniciativa de autonomía marroquí puede ser, por tanto, el preludio de una acción a nivel internacional para que podamos encontrar por fin una solución definitiva a este diferendo regional, con respeto a la soberanía y la unidad nacional de Marruecos”, zanjó.

El Sáhara fue ocupado por Marruecos en 1975 pese a la resistencia del Frente Polisario, con quien se mantuvo en guerra hasta 1991, cuando se firmó un alto el fuego con vistas a la celebración de un referéndum de autodeterminación, pero las diferencias sobre la elaboración del censo y la inclusión o no de los colonos marroquíes lo han impedido.