Se celebró a comienzos de mes, pero ha sido esta semana y en Twitter donde ha ganado popularidad. El exembajador de España en Georgia y Estados del Cáucaso José Antonio Zorrilla (Bilbao, 1946) fue el encargado de clausurar el XXV Curso de Derechos Humanos de Donostia que organizan la Facultad de Derecho de la UPV/EHU y el Consistorio donostiarra.

La intervención que se ha hecho popular de la conferencia de algo más de dos horas que suma en YouTube más de 50.000 reproducciones corresponde a una pregunta sobre la solidaridad con el pueblo ucraniano. "Todos vimos que hubo un agresor, una invasión y salvo un momento, no he oído nada más de Putin. No sé quién es el agresor, y eso es improtante desde el punto de vista político pero también desde el punto de vista moral", cuestiona la asistente a Zorrilla.

"Habla usted como corresponde a un curso sobre Derechos Humanos y yo le hablo como diplomático bregado en la política internacional", abre Zorrilla una larga respuesta, en la que avisa de que "la política internacional no conoce moral: son las relaciones entre estados en términos de poder", cita la definición de Henry Morgan. La tesis que plantea Zorrilla es que "los EEUU querían entrar en Eurasia porque se quieren quedar con ella, y aparte del golpe de estado, se les ocurre una brillante idea, una paradoja: si Rusia no invade, le metemos la OTAN hasta la cocina; pero si invade, la vamos a desangrar completamente. En esa historia se metieron y ahora ya no tiene arreglo".

"¿Qué hubiera pasado si EEUU hubiera aceptado en su día una Ucrania neutral?", se remonta el que también fuera cónsul general de España en Milán, Shanghái y Moscú a los tiempos de Bush padre. "No han querido y han puesto a Rusia en esta tesitura, que considera vital para sus intereses que eso no siguiera así. Y lo invade. Lo mismo que EEUU en 1962 con Cuba, que estaba dispuesto a ir a una guerra mundial. Iban a la guerra mundial cuando los aviones americanos descubren misiles en Cuba".

"Al entonces vicepresidente de EEUU, Adlai Stevenson, se le ocurre un compromiso de última hora: vosotros os lleváis los misiles de Cuba y nosotros no hacemos nada, pero dentro de seis meses, os prometemos que quitamos los cohetes que tenemos en Turquía. Y los quitaron. Cuando meses después le preguntaron a John F. Kennedy si hubiera estado dispuesto a ir a la guerra mundial, dijo que sí".

"Esos argumentos son hermosos, propios de este auditorio, pero no tienen nada que ver con las relaciones internacionales. Los respeto y me parecen muy bien, pero es que es otro nivel", explica Zorrilla, antes de repetir que "las relaciones internacionales no conocen moral, ni por parte de Rusia ni por parte de EEUU".

"Si las relaciones internacionales fueran así, serían angélicas, pero no lo es. Pueden seguir manifestándose, diciendo que el agresor es Putin€ pero en este tipo de eventos hay grandes campos: la gente normal y las personas con conciencia moral; la gente como yo, que sabe de qué va a esto y explica con mejor o peor fortuna lo que pasa; y la tercera, lo que opina la clase política. En el caso de EEUU, se han ciscado claramente en el parecer de sus mejores especialistas, han hecho lo que han querido. Y el resultados son estos: la pobre Ucrania perdida y escogida como ariete para entrar en un sitio absolutamente inútil como es Eurasia, porque hoy Eurasia no pinta nada, hoy pinta China. La Ucrania que hemos conocido creo que no volverá. No tiene opciones de sobrevivir".

"Creo que terminará en un proceso de balcanización, aunque no me atrevo a decir lo que puede suceder, porque Polonia, que se supone que es de los nuestros, ya ha pedido Kaliningrado", agrega Zorrilla, que no sabe cómo puede terminar: "No sé si se dan cuenta de la gravedad: volvemos a los sudetes, que no es que Putin se quede con Crimea, sino que Polonia se quiere quedar con Kaliningrado. No sé qué pasará con Odesa o si siguiendo por el Oeste Rusia entrara en Transnitria... No sé mucho, porque ni unos ni otros hablan".

"Lo que me dice no me sorprende mucho", responde Zorrilla a la persona que pregunta, "que es lo que piensa incluso mi familia, donde me consideran poco menos que un Genghis Khan con traje y corbata. Siento mucho tener que desengañarles, he venido aquí y sí, lo comprendo, pero tengo que decírselo. Disculpen si rompo su inocencia, pero los reyes son los padres. Qué quieren que les diga, es lo que hay".