Mañana se celebran unas elecciones generales en Italia que no solo marcarán el devenir del país transalpino durante los próximos años, sino que también pueden influir enormemente en el futuro de una Unión Europea cada vez más cuestionada desde distintos espacios políticos de los países miembros, especialmente desde que se produjo el brexit.
Estas elecciones vienen marcadas por la ya tradicional incertidumbre que caracteriza el panorama político italiano, por una parte debido a la complejidad del propio sistema político electoral, que acaba de ser renovado, y, sobre todo, por el complejo y vasto panorama político saturado de partidos, coaliciones, ideologías de todo tipo y movimientos que dificultan las alianzas y el funcionamiento parlamentario. Por ello, realizar una predicción de los resultados es muy difícil, pero mucho más pronosticar lo que ocurrirá a partir del 5 de marzo.
En un principio, parece que serán tres los protagonistas principales de la contienda. Por un lado, la coalición con la que Silvio Berlusconi vuelve a la primera plana, aunque él no pueda ser investido presidente por estar inhabilitado por fraude fiscal. En esta coalición, junto al partido de Berlusconi, Forza Italia, se encuentra la renacida Liga Norte de Matteo Salvini, que ha pasado de ser un partido que reivindicaba la independencia de la zona norte de Italia a ser un partido nacional euroescéptico y calcado en su ideología al Frente Nacional de Marine Le Pen. Por último, la coalición se completa con Fratelli d’Italia, partido fundado en 2012 y que aspira a ocupar el lugar que en el pasado tenía Alianza Nacional, el partido posfascista de Gianfranco Fini. Se trata de una coalición heterogénea que difiere en su ideología y cultura política, más allá de su común oposición a la izquierda.
Ante esta coalición, son dos los principales actores que se oponen. Por un lado, el Partido Democrático liderado por Matteo Renzi, anterior presidente del Gobierno que dimitió a finales de 2016 debido al fracaso de su referéndum para cambiar el sistema electoral y parlamentario italiano. Renzi tiene un control férreo sobre el PD tras volver a ganar las primarias tras el referéndum, pero no ha podido evitar una escisión de críticos con su liderazgo. Por otro lado, el Movimiento Cinco Estrellas, fenómeno de populismo puro, fundado por el cómico Beppe Grillo, y que ha terminado con la competición bipolar entre una coalición de izquierda y otra de derecha que ha dominado la vida política italiana desde 1994. Las encuestas señalan al M5S como el partido más votado, aunque la colación de Berlusconi se presume como la ganadora de las elecciones.
Los italianos eligen el que será su 66º gobierno desde la instauración de la república en 1945 y lo hacen con un nuevo sistema electoral que hace difícil pronosticar cuál será la composición final del Parlamento y mucho más quién será el nuevo primer ministro.
Hasta cuatro candidatos parten con opciones de ocupar el Palazzo Chigi, si bien, teniendo en cuenta los últimos sondeos, el actual presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, candidato de Forza Italia, parte con ventaja, toda vez que se espera que la coalición de centro-derecha sea la más votada.
cámara y senado Los italianos están llamados a renovar la Cámara de Diputados y el Senado. En virtud de la nueva ley electoral aprobada el año pasado, conocida popularmente como Rossatelum, un tercio de los escaños se asignan por sistema mayoritario y dos tercios por sistema proporcional. Así, se asignarán por sistema mayoritario 232 escaños en la Cámara y 116 en el Senado, mientras que por el sistema proporcional se asignan los 386 escaños restantes de la Cámara y los 193 restantes del Senado.
En total están llamados a votar más de 46 millones de italianos, en el caso de la Cámara de Diputados, y casi 43 millones en el caso del Senado, según los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, mientras que alrededor de cuatro millones de italianos votarán desde el extranjero.
Los colegios electorales abrirán a las 7.00 horas y cerrarán a las 23.00 horas. El recuento está previsto que comience tras el cierre de las urnas y debería estar cerrado antes de las 14.00 horas del lunes 5 de marzo.
12% de indecisos En Italia, la ley prohíbe la publicación de sondeos desde dos semanas antes de la jornada electoral, por lo que los datos apuntados por los últimos podrían no corresponder con el resultado final de este domingo, toda vez que son muchos los electores que se deciden en el último momento a votar y el sentido de su voto.
En esta ocasión, según las encuestas, los indecisos se sitúan en el 12%, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta lo ajustado que se augura será el resultado.
No obstante, dado el complejo nuevo sistema electoral, los centros demoscópicos han reconocido la dificultad particular para hacer predicciones en estas elecciones, por lo que no es descartable que haya sorpresas, como ya ha ocurrido en los últimos años en otras citas con las urnas a nivel europeo.
Según los últimos sondeos, el partido con mayor intención de voto es el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que se situaría en torno al 27,6%, seguido por el Partido Democrático (PD), con el 22,6%; Forza Italia, con el 16,7%, y Liga, con el 13,4%.
la importancia de las coaliciones La nueva ley electoral se creó para potenciar la formación de coaliciones y, teóricamente, la estabilidad, de ahí que los grandes partidos, salvo el M5S, hayan optado por forjar alianzas. Para poder formar gobierno, se estima que estas deben sumar al menos el 40% de los votos, algo que no parece garantizado en ninguno de los casos.
No obstante, la coalición de centro-derecha es la que más cerca está de ello, con el 37,2% de la intención de voto. Esta aglutina a Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi; la Liga, que ha abandonado su apellido de norte y se ha convertido ahora en un partido nacional ultraderechista; Hermanos de Italia (FDI, por sus siglas en italiano), así como a Nosotros con Italia y la Unión de Centro.
La coalición de centro-izquierda, que lidera el PD, solo reúne el 27,5% de la intención de voto, lastrada por la división de la izquierda italiana. El PD con Matteo Renzi al frente se ha rodeado de pequeñas formaciones que podrían no superar el 3% de los votos para entrar en el Parlamento, aunque el sistema contempla que sus votos pasarían a sumarse a los del PD. Sin embargo, algunos sondeos apuntan a que Más Europa, el partido de la antigua comisaria europea y exministra Emma Bonino, podría superar el umbral.
También perjudica al PD el hecho de que el ala socialdemócrata del partido lo abandonara el año pasado para crear Libres e Iguales (LEU) junto a Izquierda, Ecología y Libertad (SEL). La formación que comanda Piero Grasso, presidente del Senado y antiguo fiscal antimafia, cuenta con una intención de voto del 5,6%. No obstante, aunque Renzi contara con el apoyo de sus antiguos compañeros en el PD no superaría al centro-derecha.
di maio, el favorito En teoría, debería ser el líder de la fuerza más votada, si bien corresponde al presidente de la República, Sergio Mattarella, encargar a aquel que considere que tiene más opciones la formación de gobierno.
De cumplirse los pronósticos, el candidato del M5S, Luigi di Maio, de 31 años, debería ser a priori quien recibiera el primero el encargo, pero la negativa de su partido a forjar alianzas y el rechazo de las grandes fuerzas a aliarse con el M5S hace que esta hipótesis se complique.
El segundo con más opciones es Tajani, toda vez que Forza Italia sería el partido más votado dentro de la coalición de centro-derecha. Sin embargo, el líder de la Liga, Matteo Salvini, no ha dejado de dar batalla y confía en dar la sorpresa y quedar por delante de sus socios de coalición, optando así a ser él el primer ministro.
Con todo, la hipótesis que ha cobrado más fuerza, aunque rechazada por todos los implicados, es la de que en Italia al final termine habiendo una gran alianza entre Forza Italia y Partido Democrático, a imagen de la que existe en Alemania. No obstante, si esto ocurriera, quedaría por ver quién sería el primer ministro. Cabe esperar que el partido con más votos de los dos impusiera su opción, pero si es el PD, como señalan los sondeos, Renzi podría quedar relegado en detrimento del actual primer ministro, Paolo Gentiloni, mejor visto por los de Berlusconi.
obligados a un acuerdo Hoy por hoy, y sin conocer el resultado de las urnas, la hipótesis de que las distintas fuerzas no consigan llegar a un acuerdo para formar algún tipo de gobierno no queda descartada.
No obstante, en primer lugar el nuevo Parlamento iniciará la legislatura el 23 de marzo y elegirá a los presidentes de las cámaras, lo que podría ser un indicativo de cómo podría resolverse la situación en caso de un resultado ajustado el domingo.
A partir de ese momento, Mattarella iniciaría formalmente las consultas con los partidos y encargaría al candidato que considerara que tiene más opciones de aglutinar los respaldos suficientes para gobernar. A priori no hay límite en cuanto al tiempo que podría llevar la formación de gobierno, pero en caso de que la situación se prolongue y no haya visos de solución, Mattarella podría optar por convocar nuevas elecciones.
La vuelta a las urnas podría arrojar un resultado similar al de este domingo, aunque lo que ocurra hasta su celebración y cómo se comporten los partidos podría hacer caer la balanza de uno u otro lado.
Pero también hay otro factor a tener en cuenta: si las nuevas elecciones fueran ya en 2019 la inhabilitación de la que es objeto Silvio Berlusconi por su condena por fraude fiscal en 2013 habría expirado y podría ser de nuevo candidato.