MADRID. Kate McCann, la madre de Madeleine, la niña británica desaparecida en el Algarve portugués en 2007, mantiene la esperanza de que su hija está viva y, por ello, continúa su búsqueda, un proceso doloroso en el que se ha derrumbado varias veces, sobre todo cuando convirtieron al matrimonio en sospechoso.

En septiembre de 2007, Kate y Garry McCann fueron considerados sospechosos de la desaparición y posible muerte involuntaria de la pequeña. Para la madre de Maddie, este hecho "tuvo un efecto devastador. Pensábamos que no podíamos sufrir más de lo que habíamos sufrido desde el día del rapto, pero luego llegó esto y nos derrumbamos más, sobre todo porque pensábamos que esto significaba que ya no la iban a buscar más, que allí se paraba su búsqueda".

Madeleine desapareció del apartamento en el que pasaba las vacaciones con su familia la noche del 3 de mayo de 2007. Estaba a punto de cumplir cuatro años y aquella noche se quedó sola con dos hermanos gemelos de dos años, mientras sus padres cenaban con unos amigos en un restaurante cercano.

En el caso, en el que participan tanto la policía portuguesa como la británica, se consideró que la pequeña podría haber sido asesinada accidentalmente por sus padres después de que éstos le administraran de manera excesiva sedantes para dormir. Más tarde, se encontró en el maletero del coche familiar fluidos y pelos de la menor, cuyo análisis reveló la presencia de sedantes.

Los medios empezaron a especular y a acusar tanto a Gerry como a Kate. "Nos intentaron desestabilizar", declara Gerry McCann, "para así restarnos credibilidad y empezaron a contar mentiras, manipulaciones, cosas inciertas con las que se debilitaba nuestra búsqueda". El padre de Madeleine explica en la entrevista que esto les ha hecho más cínicos sobre las relaciones con la prensa, sobre todo porque "no paraban de contar cualquier cosa que se filtrara sobre nosotros sin cerciorarse de si era cierto o no", pero ambos afirman que también eran conscientes de que los medios pueden ayudar a encontrar a su hija.

Además, juntos escribieron en libro Madeleine para recaudar fondos y poder continuar financiando las investigaciones que los padres mantienen para dar con el paradero de su hija, y que el pasado miércoles se presentó en Madrid. Para Kate McCann, escribir este libro "ha tenido un efecto terapéutico el poder soltar las emociones y comenzar a escribir a partir de mis diarios. A veces me ha embriagado tanto la emoción que tenía que dejarlo", explica.

INVESTIGACIONES PRIVADAS Los McCann contrataron varias empresas privadas de investigación para intentar dar con el paradero de su hija. Hasta el momento, y en una investigación que no ha finalizado por parte de la familia de la niña, el principal sospechoso de la desaparición es un hombre de unos 35 años que mide 1,70 metros y con el pelo oscuro ligeramente más largo en la nuca que en la frente. Según los testigos, iba bastante cubierto para la época. "Una amiga que iba con nosotros lo vio de perfil y otra familia dio una descripción idéntica de un hombre llevando en brazos a un niño o una niña aquella noche", explica Garry McCann.

La investigación policial se cerró en 2008, pero Kate afirma que la "policía metropolitana de Reino Unido está revisando todo el caso y la documentación del mismo".

Ambos piden que la gente mire la fotocomposición de la contraportada del libro en la que se puede ver el aspecto que tendría ahora Madeleine con ocho años. Mantienen la esperanza de encontrarla "porque no existe ninguna prueba de que Madeleine esté muerta o malherida", declara Kate McCann.