Vivimos una época en la que algunos de los tradicionales paradigmas del mundo del automóvil están cambiando para siempre y lo están haciendo en muy poco tiempo. Para demostrarlo, basta con lanzar un par de sencillas preguntas.
Por ejemplo, ¿quién fabrica los coches más rápidos del mundo? ¿Qué tipo de mecánica emplean? Hasta hace poco, las respuesta eran más o menos previsible: Los fabricantes europeos más exclusivos (Bugatti, Ferrari, McLaren, Koenigsegg…) y en modelos que recurren a grandes propulsores de gasolina de ocho o más cilindros, sobrealimentados y con precios solo a la altura de los más acaudalados millonarios.
Sin embargo, hace pocos días se ha hecho pública una noticia que ha impactado al mundo del motor: Nos referimos al anuncio de una marca china, Yangwang Auto (perteneciente al gigante BYD) de que su modelo U9, completamente eléctrico y con más de 3.000 CV, había conseguido el récord mundial velocidad para vehículos de calle, con una cifra de prácticamente 500 km/h. ¿Cómo lo consiguieron?