Justo hace un año, en este mismo escenario del Gran Premio de Indonesia y un contexto similar con los dos mismos pilotos debatiéndose destacados por el campeonato, Jorge Martín se aupó por primera vez en su vida al liderato de MotoGP. Ocurrió el sábado, con una victoria en la carrera al esprint.

Caída

Parecía coger vuelo el piloto de San Sebastián de los Reyes, que encadenada así seis triunfos en las siete salidas previas contando carreras y esprints. Pero solo unas horas después cometió uno de esos errores que bien le pudo costar su primer título de la categoría reina: sufrió una caída cuando rodaba líder. Solo un año después ha sucedido algo similar, con la diferencia de que en esta ocasión llegaba a Mandalika asentado en el liderato y que esta vez la caída, cuando también rodaba en cabeza, fue el sábado en lugar del domingo. Porque en la segunda jornada en Indonesia Martín se rehízo impetuoso para borrar de un plumazo los últimos acontecimientos en un escenario tan delicado que dejó fuera de carrera a 9 de los 21 pilotos que tomaron la salida.

Jorge Martín EP

Si algo caracteriza a Martín, además de su velocidad –es el rey de las poles en 2024, con cinco–, es la capacidad para reconstruir su moral. Es un tipo valiente, tozudo, que no se achanta después de sufrir malas experiencias. No arrastra los pecados. Es, de algún modo, una especie de robot, insensible, capaz de pasar página para que los malos episodios no se cobren facturas en el mañana. De ahí que le digan Martinator.

Lo demostró nada más disparar su moto. Repitió el guion del sábado. En tres vueltas ya rodaba solitario abriendo la carrera. Un segundo de ventaja. Detrás, Pedro Acosta sorprendía con la segunda posición inmerso en un mar de Ducatis. Era el único piloto sin la máquina italiana entre los ocho primeros clasificados. Francesco Bagnaia era sexto tras una mala salida. “He tenido dificultades, la moto me ha hecho spinning. Es la quinta vez consecutiva que nos cuesta. Hay que mejorar porque nos cuesta la carrera”, repasó el italiano, cuyo objetivo fue minimizar los daños ante la posible victoria de Martín.

Bastianini y Márquez, fuera

Las caídas de Fabio Di Giannantonio y Enea Bastianini y la rotura de motor de Marc Márquez dieron oxígeno a Bagnaia, que concluiría tercero, el menor de los males. El fuego apareció en la montura de Márquez en la vuelta 12 de las 27 pactadas, mientras rodaba séptimo. Bastianini se fue a la grava en el giro 21, cuando rodaba a ritmo de poder dar caza a la segunda plaza de Acosta. Ambos perdieron así gran parte de sus opciones de proclamarse campeones. Bastianini se aleja a 75 del líder y Márquez, a 78. Demasiados.

2,5 segundos de diferencia

El margen de Martín alcanzó la diferencia máxima de 2,5 segundos, a tres giros para la conclusión, cuando ya Acosta había renunciado a la batalla por el triunfo para firmar un segundo puesto magnífico. El madrileño supo cortar el gas pese a poder ser capaz de ampliar la distancia. Acosta llegó a estar situarse a 6 décimas en la vuelta 13, pero entonces Martín reaccionó para reabrir la brecha. En líneas generales, su renta fue de alrededor de un segundo, lo suficiente para mantener a raya al murciano y para no excederse en riesgos innecesarios.

Jorge Martín, con Bagnaia, en el suelo, en Jerez EFE

Esa gestión de la carrera y de las emociones fue precisamente lo que destacó Martín en el parque cerrado. “No es solo una victoria. Después de lo que ocurrió la temporada anterior y de la caída de ayer –en el esprint–, conseguir este resultado era muy difícil”, celebró. Su ventaja en el Mundial se amplía hasta los 21 puntos. Aterrizó en Indonesia con 24 sobre Bagnaia, lo que hace que no sea un fin de semana especialmente fructífero a nivel numérico. Aunque tras lo ocurrido el sábado, cuando fruto de su caída y de la victoria de Pecco se quedó con solo 12 de colchón, esos 21 saben a gloria para Martín, que con cinco grandes premios por delante y 185 puntos aún en juego, aún tiene mucha tela que cortar.

Situación más ventajosa

No obstante, echando la mirada atrás, a solo un año vista, la situación actual es considerablemente más ventajosa para Martinator, que ha demostrado ser capaz de abstraerse de los problemas echando un borrón y haciendo una cuenta nueva. “Tenía a lo mejor… no dudas, porque confío en mí mismo, pero miedo a la caída; pero encontré esa sensación sobre la moto”, confesó con esa sinceridad que le caracteriza. Jamás se esconde.

Acosta, por su parte, no descorchó el champán cuando asistió por tercera vez esta temporada al podio debido a que se encontraba bajo investigación por una posible irregularidad en la presión de sus neumáticos. “Llevarme una foto no me vale para nada”, lamentó el de Mazarrón antes de saber que conservaría la posición. En cualquier caso, tremenda actuación del novato, que admitió que el sueño de ganar su primera carrera “estaba ahí”, pero Martín se mostró inabordable. Martinator reaccionó con autoridad. Hoy por hoy, es el rival a batir.