Donostia vivió una Aste Nagusia redonda marcada por la alta participación y la ausencia de incidentes significativos. El brillo del sol y el calor no cesaron durante los ocho días, y las calles de la ciudad fueron el punto de encuentro de miles de personas. Más de 665.000 personas tomaron parte en las más de 300 actividades programadas, que fueron desde conciertos multitudinarios hasta propuestas en los barrios, pasando por el emblemático Concurso Internacional de Fuegos Artificiales que, en su 60ª edición, volvió a reunir a miles de espectadores en torno a la bahía de La Concha.
La positividad del balance adquiere aún más relevancia en un verano que comenzó con episodios de tensión en Euskadi que generaron preocupación en diferentes localidades, incluida la capital guipuzcoana. En junio, Hernani vivió varios ataques xenófobos durante las fiestas de San Juan, y en julio, Azpeitia sufrió asaltos a instalaciones municipales en la que varios guardias municipales fueron agredidos.
Sin embargo, la Aste Nagusia donostiarra transcurrió con normalidad, sin denuncias por agresiones machistas, sin incidentes significativos y con un ambiente festivo que llenó las calles de color, música y alegría. La única nota amarga fue el fallecimiento de un participante en la travesía a nado del Paseo Nuevo por un problema de salud, suceso ante el cual Eneko Goia trasladó su pésame a la familia y agradeció la rápida respuesta de los servicios de emergencia que se desplazaron hasta La Concha.
El alcalde, Eneko Goia destacó ayer que las actividades clásicas han mantenido su poder de convocatoria un año más, mientras que las nuevas propuestas también gozaron de una gran acogida, señal de que las fiestas siguen sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos. Asimismo, subrayó la importancia de la movilidad en una semana con tanta afluencia de gente, y a falta de tener la cifra exacta de viajeros, aseguró que la de este año fue una Aste Nagusia de récord para Dbus. Con 851.167 viajes, la cifra ha aumentado un 5,65% respecto al año pasado.
Junto a él, el concejal de Cultura, Jon Insausti, valoró la variedad de las actividades programadas y subrayó la importancia de hacer que la Aste Nagusia se extienda por todos los barrios de la ciudad. En este aspecto, afirmó que “Donostia está tratando de adaptarse a los nuevos tiempos protegiendo y manteniendo la oferta clásica”. Más allá de los clásicos como el cañonazo, el alarde de txistularis o los pasacalles de los gigantes y cabezudos, el consistorio programó actividades “novedosas” como el festival de música electrónica Dantz o un espacio con juegos en el río Urumea.
Todo ello, según Insausti, hace que la fiesta donostiarra “llegue a más gente” y se extienda por cada rincón de la ciudad. Los barrios de El Antiguo, Amara o Gros también han sido parte de la fiesta, y aunque sean zonas menos concurridas, las txarangas y la comparsa de gigantes se han dejado ver por sus calles.
Leire Martínez triunfa en Sagües
Sagüés volvió a ser uno de los grandes escenarios de la Aste Nagusia, reuniendo cada noche a miles de personas tras los fuegos artificiales. La gran triunfadora fue Leire Martínez, que el sábado cantó ante 15.000 asistentes en un concierto que cerró la cartelera de forma vibrante. También destacaron Morodo, con 7.000 oyentes, y OBK, con 10.000. Estilos, voces y grupos diferentes volvieron a llenar el escenario principal de la Aste Nagusia de miles de personas que, tras disfrutar de los fuegos artificiales, todavía tenían ganas de fiesta.
Con el sol como mejor aliado y sin incidencias reseñables, Donostia cerró el sábado una Aste Nagusia inmaculada. Casi perfecta. La colaboración del voluntariado, las asociaciones, los servicios municipales y por encima de todo, el público, fueron claves para que la ciudad viviera con intensidad y en calma su cita más esperada del año.