Conocido por la larga melena negra que lucía en Maestros de la Costura, mientras cose siempre lleva el pelo anudado. Borja Hernández Urrutxurtu (Getxo, 1994) nos recibe en su atelier, a pie de calle, que abrió en Algorta hace dos años con el deseo de desarrollar su gran pasión, que ha sabido transformar en profesión, la moda. Sus plisados artesanales son su sello de autor y su manera de reivindicar la confección local y a medida. Podremos ver algunas de estas prendas que lucen con orgullo la etiqueta made in Getxo en la pasarela más consolidada de la localidad vizcaina, Getxo Moda, que celebra su 36ª edición entre el 6 y el 10 de noviembre.

Está usted muy unido a Getxo, su pueblo…

-Sí. Yo he nacido en Getxo y me quiero morir en Getxo porque reivindico que somos muy buen pueblo. La experiencia que tengo a pie de calle, en Alangobarri, con mi tienda-taller BHU, me ha valido sobre todo para reafirmar eso, que la gente es maravillosa.

Acaba de celebrar dos años como emprendedor. 

-Sí. En septiembre de 2021 abrí el taller y tiene su gracia, porque un mes después me llamaron de nuevo de Maestros de la Costura porque querían mezclar en una nueva edición a concursantes nuevos y antiguos y, aunque no fui el más talentoso, sí fui de los más ruidosos, entonces se acordaron de mí [sonríe]. Así, me fui de aventuras otra vez, lo que pasa es que me pilló muy mal porque con el taller recién abierto lo tuve que desatender dos meses casi en unas fechas muy importantes, antes de Navidad. Además, la final del concurso, que se grabó en diciembre, coincidió justo con la entrega del Molino aquí en Getxo y no pude asistir a recoger el premio, ni tampoco mis padres, con la ilusión que nos hacía….

Participa de nuevo en Getxo Moda, una cita de referencia y muy consolidada.

-Así es. Tengo mucha ilusión por participar en su 36ª edición porque se recuperan los desfiles. Y eso es algo que va a darnos un empujón extra muy importante a los comercios y a los diseñadores, porque al final lo que tratamos es de reivindicar Getxo como etiqueta, como turismo, como moda y como desarrollo. En mi caso, tengo muchas ganas de mostrar lo que hago porque he nacido aquí y se lo debo todo a mi tierra.

"Tengo mucha ilusión por participar en su 36ª edición"

A veces ocurre lo contrario, que muchos artistas se tienen que ir fuera, pero en su caso debe ser gratificante sentir ese apoyo. 

-Sí. Siempre que se me necesite en Getxo, yo siempre voy a ayudar, ya que es una forma de autoayudarme también siguiendo la idea de auzolan.

¿Qué vamos a poder ver en su pasarela?

-Sobre todo vamos a ver parte de mi colección Novias plisadas (Pleated Brides en inglés), con modelos que abarcan las cuatro estaciones del año, ya que utilizo tejidos más frescos y vaporosos y otros más gruesos, como un doble crepe. Vamos a ver plisados de diferentes formas y con diferentes materiales. Tejidos con mucha caída en siluetas rectas y de corte imperio, que recuerdan a los pilares de la antigua Grecia clásica, contrapuestos con volúmenes que permitan más escultura, haciendo alusión a las arquitecturas laminadas modernas, que recuerdan a esos paneles futuristas, que mezclan lo orgánico con lo sintético, lo viejo con lo nuevo.

Siempre con el plisado como su sello de autor.

-Sí, el plisado es el hilo conductor y al final es un sello que reivindica la artesanía de las prendas hechas a medida y de forma local, made in Getxo. Está volviendo la ropa a medida. La gente, cada vez más, busca prendas con un ciclo de vida largo en las que merezca la pena hacer una inversión, lo que va en contra del fast fashion, que ha dominado los 80, los 90 y los 2000. Al final, nos estamos dando cuenta de que es mejor tener un buen pantalón que comprar cinco que a la primera planchada me salgan brillos y tengan un tejido que haga efecto invernadero y me cueza por dentro. 

¿Le gusta vestir a las novias?

-Es a lo que me quiero dedicar principalmente, a las novias y a las fiestas. Disfruto mucho al darlo todo para una novia en ese día tan especial. Y también quiero seguir compaginándolo con la sastrería para hombres, que son muy buenos clientes también.

¿Qué recomienda a sus novias?

-Yo defiendo que la comodidad siempre se anteponga a lo estético. Con un corsé estás divina de la muerte, pero no puedes prácticamente ni sentarte… Al final hay que buscar un tejido que sea cómodo y que aguante bien para el shooting. Se trata de buscar un equilibrio, porque hay que tener en cuenta que la boda es un momento muy importante en el que viven una montaña rusa de emociones y van para arriba, van para abajo, hacen de todo… y el vestido tiene que acompañarlas todo el día. He tenido hasta novias que terminan en la piscina con el vestido… Entonces claro, si el vestido es de seda, por ejemplo, te lo cargas… Y hay que estar preparada para todo.

"La comodidad siempre se anteponga a lo estético"

A no ser que se opte por dos vestidos…

-Sí, incluso tres, que ya me parece demasiado, pero dos sí es verdad que es una buena opción si lo que quieres es hacerte las fotos con un vestido que quede perfecto y luego llevar otro un poco más trotero para el resto del día. Lo más importante es tener cercanía con la clienta, porque cuantas más pistas te dé, cuanto más honesta sea contigo sobre qué tipo de boda quiere, más fácil es acertar con los diseños y con los materiales.

En su caso, ¿ha pensado en cómo sería su look si en algún momento decidiese pasar por el altar?

-Pues es una pregunta que me hace mucha ilusión responder, aunque todavía es muy pronto para casarme, porque mi novia y yo llevamos juntos sólo dos años y aún es un poco tempranillo, pero ya tengo pensado mis looks, sí, que serán dos. Iré con el pelo suelto y de negro, porque es el color de la elegancia, me hace más delgado y me estiliza un poquito más. Y con unas botas cuadraditas, como con punta. Y para el baile llevaré plisados, claro, porque el movimiento que dan es maravilloso. Que se prepare la novia porque tengo ganas de romper el cliché de que la novia siempre va más guapa que el novio…