Se está propagando un relato del miedo basado en la inevitabilidad de la guerra con la Rusia de Putin. En paralelo a los mensajes que abonan este escenario, avanza a toda velocidad la remilitarización europea mediante planes e inversiones destinados a rearmar los ejércitos con recursos materiales y humanos. Este renacimiento militarista pasa por recuperar la ‘mili’, que había sido abolida en buena parte de la Union Europea. El último en sumarse al carro ha sido Francia. Con la pompa que la caracteriza, el presidente Macron ha anunciado esta semana su reinstauración entre los jóvenes de 18 años, a los que remunerará con una paga de unos 1.000 euros, muy por debajo del salario mínimo. La ‘mili’ francesa se anuncia como una oportunidad para conectar con la patria y los más altos ideales, según lo vendió el propio Macron en el acto de presentación de la medida. Nada que no se dijera en otras épocas cuando de encender a la juventud se trataba para alimentar la maquinaria de la guerra. De momento, será una mili voluntaria, que es la vaselina con la normalizan su implantación y la manera de tomar la temperatura de la juventud antes de dar el paso decisivo y hacerla obligatoria. ¿Y por aquí, que? pues creo que conviene estar atentos al dicho que avisa de que cuando las barbas de tu vecino veas cortar...