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Mesa de Redacción

Harri X. Fernández

Periodista cultural donostiarra. Máster en Periodismo de Investigación y Datos. Crítico de cine y jurado de los Premios Feroz. Torpe, olvidadizo y obsesionado con Ingmar Bergman y la animación. En una entrevista, Ryan Gosling se rio de él.

El oro es tiempo

Por lo que sea hay obras que se ejecutan rápido –las de Anoeta lo hicieron en dos años– y otras van a pedales

El oro es tiempoN.G.

Cuando te haces mayor, el tiempo pasa más rápido, a menos que necesites una vivienda en Donostia, claro. Si no puedes emanciparte, el reloj se queda sin pila y se para: estás jodido. Puede que a los 40 sigas teniendo la misma vida que a los 27, cobrando mal, compartiendo piso y sin posibilidad de formar una familia. A este paso, a los 50 es posible que vivas el Día de la Marmota cada vez que el despertador suene a las ocho. Para muestra, un botón: yo he dejado de compartir un alquiler de 1.129 euros en Amara Berri y ahora se oferta a 1.550, aunque el mes pasado se mostraba a 1.800. Mal asunto. En la infancia, los veranos parecían eternos y, en la adultez, el invierno nos ha congelado hasta inmovilizar los huesos. Desde las instituciones se celebran pasos como declarar municipios como zonas tensionadas, cuando con esto no se le pone el cascabel al gato. Es más, el felino hace tiempo que salió huyendo. Llama poderosamente la atención que las viviendas de El Infierno se aprobasen en febrero de 2019 y no hayan arrancado, mientras el GOe, que se inaugura esta semana, se culmine tras apenas 20 meses de trabajo. Por lo que sea hay obras que se ejecutan rápido –las de Anoeta lo hicieron en dos años– y otras van a pedales –que se lo digan a los comerciantes de La Bretxa–. Y es que la cuestión no es que el tiempo sea oro, sino que el oro es tiempo.