Alemania recupera el servicio militar, el Estado español destina por primera vez a defensa el 2% del PIB, y las empresas armamentísticas se frotan las manos con el suculento negocio que les estamos ofreciendo. Europa, ¿qué ha pasado contigo? Creía que eras más conocida por tus sólidos sistemas de protección social que por tu poderío militar, pero las cosas han cambiado y vas a rearmarte hasta los dientes como nunca lo habías hecho desde la Guerra Fría. ¿Quién es el enemigo? ¿Rusia lo justifica todo? ¿Volverá la mili? ¿Volveremos a ser insumisos? ¡Y todavía te piden el 5% del PIB! Menudo gol que nos han metido la OTAN y Donald Trump. Vamos a dejar un mundo bien bonito. Puede que lleguemos a la jubilación sin cobertura social pero con una pipa bien hermosa en el cinturón, por si hay que darle al gatillo, que la seguridad es lo primero. Tan preocupados estamos por la dichosa seguridad que los principios humanitarios, que diría Bob Dylan, se han quedado flotando en el viento. Ahí siguen los Veintisiete con su bochornosa parsimonia sin ponerse de acuerdo para adoptar sanciones, mientras Israel continúa con su brutal ofensiva en Gaza, donde los niños ya no tienen fuerza ni para llorar y se han perpetrado 250 crímenes de periodistas. Demencial. Menos retórica política y más flotilla internacional.