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Mesa de Redacción

Carlos Marcos

Perros sin ganas de fiesta

Si no hay sorpresa de última hora, ningún juez va a suspender cautelarmente los fuegos artificiales de esta noche ni de las siguientes

Perros sin ganas de fiestaJuan Herrero

Aquí estamos, en pleno inicio de la Aste Nagusia donostiarra hablando de perros en lugar de helados. Si no hay sorpresa de última hora –que más que sorpresa sería sorpresón– ningún juez va a suspender cautelarmente los fuegos artificiales de esta noche ni de las siguientes, como ha pedido un abogado a la Fiscalía de Gipuzkoa tomando por excusa la ley de bienestar animal para proteger la fauna y flora, en general, y a los perricos en particular. No digo yo que los pobres animales no se asusten con el ruido, pero también es verdad que los fuegos artificiales son un acto programado con su hora y su sitio muy bien definidos que permiten a los dueños ingeniárselas para evitarles el estrés, lo que no sucede con los petardacos que la gente compra y lanza sin previo aviso para celebrar lo que les viene en gana y hasta apuntando a ventanas y jetas ajenas. No sé cuánto tiempo le llevará al magistrado de turno descartar la petición, o si nos va a tocar un amante de los animales con ganas de jarana que elimine los fuegos artificiales de las fiestas de todos los pueblos y ciudades, luego las verbenas porque estresan a los vecinos y hasta las tómbolas, que hay niños delante. Pero no paremos ahí, que se prohiban los aviones porque dañan a los pájaros; los coches porque atropellan todo tipo de bichos y, por supuesto, los truenos y relámpagos, que esos también me acojonan a mí, y en verano son una putada añadida. Ah, y los tacos.