Esta semana se han cumplido cuarenta años de la tragedia de Heysel, el estadio de Bruselas donde murieron por aplastamiento en una avalancha casi cuarenta hinchas que habían acudido a presenciar la final de la Copa de Europa, en su gran mayoría italianos. ¿Cómo pudo ocurrir aquella catástrofe televisada para todo el mundo? Arte.tv ha elaborado un documental con testimonios de algunos de los protagonistas que ayuda a responder esa pregunta. Y la principal conclusión es que no hubo una única razón. Sucedió una cadena de hechos y errores que crearon las condiciones que precipitaron la tragedia ante los ojos de una policía belga impotente e incapaz, en un estadio impropio de un acontecimiento de esa magnitud y una organización del evento caótica. El hoologanismo bien regado de alcohol fue la cerilla que prendió la hoguera. Podía haber ocurrido antes, pero pasó en Heysel. Por suerte, en aquellos años el fenómeno de la violencia futbolera no amenazaba las gradas de Atotxa, un campo que poseía todos los boletos para una desgracia parecida. Cuarenta años después, el fútbol se celebra en recintos fastuosos y se ha convertido en un negocio multimillonario. Sin embargo, sigue sin librarse de la violencia, porque como justifica la explicación más simple, es un reflejo de la sociedad. Lo más increíble de la historia de Heysel fue que el partido se jugó, el gol de la victoria se celebró y el campeón levantó la copa.
