Del apagón sufrido el lunes ha surgido un movimiento social que reivindica la compra de teléfonos móviles sin conexión a Internet, de esos que no tienen wasap, redes sociales ni mucho menos Google Maps, pero sí las teclas con los numeritos para hacer una llamada, aunque el lunes perdieran la cobertura como todos los demás. Creen los defensores del zapatófono que es la mejor forma de llevar encima una linterna y una radio, aunque se prescinda de todo lo demás. Confieso que hace tiempo que no presto atención a la linternita de mi móvil (el lunes tampoco la necesité, al ocurrir el apagón de día) pero recuerdo que tuve una que hasta parpadeaba un SOS a la gente que tenía a mi lado porque lo cierto es que no se veía mucho más lejos, aunque sí estoy de acuerdo en que todos los móviles nuevos deberían incluir, como antaño, una radio que funcione sin datos. Pero lo que sí tengo claro es que, tras el apagón, mi móvil de nueva generación, que no es precisamente de los caros, recibió un mensaje de alerta explicándome lo que había pasado y hasta me preguntó cómo estaba y que si no respondía en equis tiempo se podía activar una llamada a Emergencias, igual que está preparado para que si sufro un accidente se conecte con el 112, y eso nunca lo supo hacer mi viejo móvil, que hasta la linternita del SOS me hubiera tocado encenderla a mí.