Quedan apenas ocho días para que Donald Trump regrese a la Casa Blanca, una mala noticia desde todos los puntos de vista pero especialmente para el esfuerzo global contra el cambio climático. Nada sintetiza mejor sus intenciones que aquel mensaje en el que dijo aquello de “perforar, perforar y perforar”. Pero la realidad es tozuda y parafraseando a aquel famoso anuncio de los años ochenta, los datos no engañan. El servicio para el cambio climático de la Unión Europea, Copernicus, acaba de hacer públicos los registros correspondientes a 2024, cifras que vuelven a confirmar la tendencia alcista de la temperatura a nivel mundial. Lo más preocupante es que el año pasado, por primera vez, la temperatura media en la Tierra rebasó en 1,5 grados la de la era preindustrial. Conviene recordar que fue este el objetivo básico del acuerdo climático de París, el compromiso suscrito por prácticamente todos los países del mundo para reducir sus emisiones y lograr limitar el aumento de la temperatura global entre 1,5 o 2 grados, el umbral considerado seguro para el mundo. Y precisamente, una de las primeras medidas de Trump en su primer mandato fue sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París. Hoy el clima recibe al moderno Nerón con las llamas de Malibú.
