La subida del euríbor, que supera el 4%, aprieta a todas las familias. Los intereses se han disparado y la parte amortizada de la hipoteca mengua. Al final del año, si se puede, lo ideal es inyectar un poco de dinero para reducir la parte del capital del préstamo que queda por pagar y, de paso, los intereses. Pero no siempre se puede. De hecho, como mostraron ayer cuatro familias guipuzcoanas, a veces ni siquiera se es capaz de hacer frente al pago mensual solo de los intereses (medida contemplada para familias vulnerables durante cinco años), ya que estos pueden suponer incluso más que lo que se pagaba de cuota en 2021, cuando este índice cotizaba en negativo. Un drama que cada vez se extiende a más familias y que nos retrotrae a un pasado no muy lejano en el que decenas de guipuzcoanos perdieron su vivienda por no poder pagar la hipoteca y, aún peor, con una deuda que les obligaba durante años. Las medidas de entonces no impiden que hoy día la vivienda, ese derecho reconocido, siga siendo un quebradero de cabeza para quienes no pueden afrontar los gastos habituales. Si ya son cuatro las familias que dan la cara, imaginen las que hay detrás, por lo que a todos los efectos las medidas adoptadas se ven “insuficientes” y deberían ser revisadas para evitar que la vivienda se convierta en un lujo en lugar de en una necesidad.