A sus 16 años, y por mucho protocolo y seguridad que la rodee, ni la infanta Sofía está libre de que un señor se agarre de los huevos y gesticule por sus cojones justo al lado de ella delante de todo el planeta. Más allá de besos robados y gestos impropios del lugar y cargo que se ocupa, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol se ha erigido en la figura del postMundial de Australia y Nueva Zelanda, eclipsando a las verdaderas protagonistas de lo que debería ser una ocasión inmejorable para impulsar el deporte femenino en su conjunto. Historias como la de Salma Paralluelo, la joven que tuvo que elegir entre el tartán y la hierba son inspiradoras; aunque practicar deporte, salvo para unos pocos elegidos, no es la búsqueda del éxito y la gloria, sino una forma de dar lo mejor de nosotros mismos y alimentar nuestro catálogo de valores. El reportaje Dilema de campeona de la sexta temporada de Informe Robinson (Movistar) lo han visto mis hijos ya dos veces. El cómo una niña de 15 años llamada a ser historia del deporte, se resiste a elegir entre el atletismo y el fútbol y combina ambos a base de sacrificio, sin aparcar los estudios, en una familia que llegó a estar amenazada con el desahucio. Una situación en la que sus padres la alentaron con el amor y respeto que merece, no como vía para solucionar la tensa economía familiar. Que viva Salma y todas sus semejantes, y abajo los que no hacen justicia al lugar que ocupan, ya sea en el deporte, como en la vida.