El beso no consentido en los labios que le dio Luis Rubiales a Jenni Hermoso en la entrega de medallas de campeonas del mundo a España no fue el único gesto vergonzoso del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) durante la final del Mundial de Fútbol femenino, que se disputo el pasado domingo en Sidney. Hubo otro en el palco que pasó algo más desapercibido pero no por ello igualmente lamentable.

En el minuto 29 de la primera parte, la jugadora del Real Madrid Olga Carmona marcaba el gol que a la postre dio la victoria a la selección española de fútbol en el campeonato ante Inglaterra. La euforia de desató en el palco del estadio Accor de Sidney una vez la colegiada, la estadounidense Tori Penso, pitó el final tras añadir 13 agónicos minutos al encuentro.

Uno de los que más lo celebró fue Rubiales. El presidente de la RFEF, en modo 'hooligan', se tocó los testículos en lo que no solo fue un gesto de desprecio al rival de España, sino también una falta de consideración a las autoridades que compartían palco con él, entre ellas la reina Letizia Ortiz y su hija la infanta Sofía.

Rubiales ha pedido perdón en un vídeo compartido por la RFEF por su beso a Hermoso. Sin embargo no ha hecho referencia a ese otro gesto.