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Mesa de Redacción

Jurdan Arretxe

Periodista irundarra. En Política entre 2009 y 2020, desde entonces, en el equipo web de 'Noticias de Gipuzkoa'.

Paradoja incomprensible

Paradoja incomprensibleN.G.

el transporte público sigue anclado en 2021. La semigratuidad de los viajes ha traído algunos cambios de usos y costumbres, pero no hay variación respecto al uso de la mascarilla. Sigue siendo obligatoria. Como en hospitales y farmacias. Así hasta que a 500 o 600 kilómetros de Gipuzkoa hay estaciones en las que al metro se suben más pasajeros sin mascarilla que con ella y asoma la que quizá sea última paradoja de una pandemia que fue hallando pocas certezas mes a mes y aún tiene la mayoría por descubrir. La cola para subir a los buses se hace sin tapabocas y de las películas en el cine se disfruta igual. Como otras muchas situaciones del día a día. Ponérsela es opcional y quien la considera necesaria para protegerse se la pone por si acaso en esos interiores concurridos. Y no porque tras caer la obligatoriedad haya habido campañas de pedagogía sobre la importancia de protegerse en épocas sensibles del año. Veremos ahora. La población, que ha respondido con responsabilidad a muchos llamamientos exitosos como la vacunación, hace tiempo que superó esta pantalla. Quien quiera se la pone y quien no, no la lleva porque ni la autoridad que en esos metros bajo tierra muestra poca preocupación por aplicar la obligatoriedad le intimida. La pelota está en el tejado de los gobiernos. La norma sigue vigente y la paradoja incomprensible pide solución.