Diestralandia da la bienvenida de vuelta a Pablo Iglesias, ahora como opinador casi a tiempo completo. El primer artículo del exlíder de Podemos tras sus cuatro meses en barbecho ha recibido una bulliciosa acogida, como van a comprobar en las próximas líneas.

Federico Jiménez Losantos ha sido uno de los más madrugadores en saludar al pimpampum recuperado. Para que no se note demasiado la ansiedad, su columna de El Mundo está dedicada a la sucesora de Iglesias, Yolanda Díaz. Pero entre col y col, el turolense planta la lechuga correspondiente: "A Díaz la colocó Iglesias cuando se fue de casa diciendo que se iba del Gobierno para salvar a Madrid del fascismo. Madrid se encomendó a Ayuso para salvarse de Iglesias y ahí yace. Ahora, rumia su rencor en un panfleto de Roures, invita al separatismo a alzarse contra las urnas, exhibe una pistola nazi con las siglas del PP y de Vox, para que los agredan como sus pirracas en Vallecas, y vuelve cobrando a la SER que abandonó diciendo que le habían mandado balas en un sobre".

También como quien no quiere la cosa, José F. Peláez deja su recado en una columna de ABC dedicada a su compañera Rosa Belmonte. "Y ahora, para rematar, llega al gremio Pablo Iglesias, así que hemos tocado fondo. A Pablo le aconsejo que lea a Rosa a ver si se le pega la prosodia y cambia ese acento podemita por murciano en grado de tentativa", escribe el que la semana pasada nos sonrojó con sus natillosas loas a la princesa Leonor de Borbón.

En La Razón dedican al acontecimiento uno de sus editoriales secundarios, bajo el título "Iglesias da por liquidado a Podemos". Una interpretación traída por los pelos, en efecto. Lean la versión ampliada: "Sabe Iglesias, o así lo deja traslucir, que el experimento de Unidas Podemos y sus confluencias ha llegado a su final y que las expectativas de la formación morada se reducen a repetir el mejor resultado de la vieja Izquierda Unida. Tal vez, en otro doble mortal, Pablo Iglesias nos sorprenda por los aledaños de Ferraz".

El director de Vozpópuli, Jesús Cacho, tiene una cuenta pendiente con Iglesias y se nota en la filípica que le dedica a quien calificó su medio como ultraderechista. "Iglesias podrá seguir viviendo, y muy bien, engañando a quienes antaño le votaban, pero para la España culta y urbana no pasa de ser un simple impostor más. Un caradura. Un jeta dispuesto a seguir viviendo del cuento", anota Cacho en su pieza de revancha y autobombo.

Bajo la misma cabecera, un tal Roberto Granda (primera vez que soy consciente de encontrar esta firma) le hace los bises al patrón; "Como tratando de predicar con el ejemplo, ahora se ha largado a Barcelona (la ciudad española más parecida a Caracas) donde tan buenos servicios ha prestado al movimiento nacionalista, pues siempre defendió sin reparos la causa golpista. Se ha ido sin mirar atrás, olvidando eso de las mujeres y los niños primero. Con la piscina a medio pagar".

Terminamos en El Español de Pedro J. Ramírez, donde J.A. Montano, cual aplicado alumno de secundaria, hace un comentario de texto del primer artículo del exvicepresidente: "El artículo en Ctxt, además de mediocre, es escalofriante. Esta cualidad la incrementa el aire de boxeador sonado de Iglesias: promociona una confrontación que ya resulta fofa, que retóricamente apunta a un futuro pero en realidad remite a un pasado. Su tiempo pasó y él solo puede presentarse como si estuviese por pasar". Ladran, luego cabalgamos, pensará Iglesias.