De vuelta al ultramonte mediático, solo el moreno estival —si lo han pillado, claro— les va a disimular el sonrojo por la vergüenza ajena que les provocarán dos cortesanos lamelibranquios que firman en ABC. Glosan ambos la figura de la heredera de la corona española en el momento de separarse de su parentela para completar se regia formación en Gales. No pierdan ripio.

Empezamos por el menos conocido, un tal José F. Peláez, que titula su pieza "Farewell, Miss Leonor", y comienza así: "Que Leonor se vaya a Gales no es un privilegio para Leonor, sino para Gales". A partir de ahí, el amanuense se va encendiendo en la loa supurante de babas y llega a anotar lo que sigue: "Tu éxito garantizará más la libertad y los derechos de la mujer que quinientas manifestaciones. Por eso ser feminista, me temo, es apostar por tu formación". Antes del punto final repta que te repta, cambia el grosero tuteo y remata su la pelotera faena: "Abríguese, Alteza. Y coma bien. Que hay un país -más una madre- pendiente".

Aunque no lo crean, todo es superable. Sobre todo, si por medio está Salvador Sostres, autor de un suelto encabezado "La victoria de la belleza". Vean a qué se refiere, y no dejen de notar a quién se menciona sin venir a cuento: "El esplendor de la Historia se vuelve a imponer con otra princesa que se prepara para reinar. Pablo Iglesias se ha cortado la coleta y la belleza de España se resume en la rubia melena de nuestra joven Princesa". Y así, durante cuatro delirantes párrafos en los que una y otra vez se repite la misma matraca obsesiva: "La gran batalla que con Leonor de Borbón hemos ganado a comunistas e independentistas es la de la belleza contra la mugre. El abrazo a su padre en el aeropuerto, contra el abrazo de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez cuando acordaron la formación de su Gobierno. La genética es más segura que la democracia".

Al lado de lo anterior, el resto de garrapateos cosechados quedan en casi nada. La excepción nada sorprendente es el arranque de la columna de Federico Jiménez Losantos en El Mundo. Miren que hay formas de afear la estúpida comparación de la ministra Irene Montero entre el trato a las mujeres en España y Afganistán, pero el latigador turolense tira por la ofensa al cubo: "Que a Irene Montero le gusta el burka debimos sospecharlo cuando se lo impuso, en forma de columna, a Tania Sánchez, su predecesora en la poblada intimidad del ex padre de sus hijos. Mientras trincaban millones para denunciar la invisibilización de las mujeres, ella invisibilizó, y de qué manera, a la mujer que mejor podía valorar con un leve gesto la entidad intelectual de sus discursos, censurando así la información sobre su tarea y la opinión de su compañera de partido".

Y para no agotarles en la pieza de regreso, freno en Libertad Digital, donde Pablo Planas echa las muelas por la celebración del llamadp 'Ospa Eguna' en Altsasu con una argumentación de lo más peculiar: "Se trata de decencia, de higiene democrática, de solidaridad con los agentes de la Guardia Civil y sus familias, de pura humanidad y de agradecimiento por sus sacrificios frente al terrorismo, por lo que han hecho cuerpos como el suyo en Afganistán, Irak o el Líbano y por estar ahí cada día, frente a los violentos y frente a los imbéciles que dan cuerda a los terroristas y al resto de delincuentes". Mañana más.