-Las ciudades, a distintos ritmos y con perspectivas diferentes, avanzan en la línea de ganar espacio para los peatones y restar protagonismo al vehículo privado.

La finalización de las obras del Topo permitirá, en el caso de Donostia, disponer de más espacios en superficie para que donostiarras y visitantes disfruten de sus calles y plazas sin sufrir el ruido de los coches y las motos.

Para cuando Donostia cierre su almendra central al tráfico rodado serán muchas las cuestiones que tendrán que estar solucionadas, como el funcionamiento de los aparcamientos subterráneos.

Y es que en el caso de la capital de Gipuzkoa el grueso de su oferta de plazas soterradas se aglutina en la zona centro.

¿Cómo se pretende conjugar la idea de librar de tráfico el centro de la ciudad con el desarrollo de las funciones de los aparcamientos subterráneos? Lo explica Pilar Arana, concejala de Tráfico del Ayuntamiento de Donostia. Las medidas que hoy en día se están poniendo en marcha en materia de tráfico en la ciudad, como el cambio de sentido de las calles Zubieta y San Martín, tienen como objetivo final contribuir a esa nueva ordenación que permita que la circulación interna de vehículos vaya disminuyendo.

Fundamental para lograr este objetivo es conseguir reordenar el tráfico de acceso a los aparcamientos que, subrayó Arana, seguirán funcionando aunque de forma más ordenada.

"Este otoño seguiremos trabajando en la propuesta que barajamos y que queremos elaborar con los partidos políticos porque la ciudad futura tiene que diseñarse con consenso", abundó Arana.

El trabajo en común tiene que tener un punto de partida, aunque Arana se muestra dispuesta a sumar aportaciones.

"Hablamos de algo que es casi todavía un planteamiento filosófico, pero lo que sabemos es que a los aparcamientos hay que atenderles, porque rescatarlos supondría una inversión inabarcable", explicó.

Descartando la posibilidad de que estos aparcamientos dejen de funcionar, la idea sobre la que trabaja el Ayuntamiento tiene un concepto básico como partida: los coches entran y salen por el mismo sitio.

"Si se entra a la ciudad, se tiene que optar por un aparcamiento, pongamos el de Okendo. En el caso de que no haya plazas disponibles, el coche tiene que volver por donde ha venido, sin realizar circulaciones internas de un aparcamiento a otro", explica Arana.

Los movimientos hacia otro aparcamiento se tendrían que efectuar, en todos los casos, circunvalando la ciudad y entrando a la misma por otro acceso que llegue al siguiente aparcamiento.

Lo que se quiere evitar es que los coches que no encuentren plaza de aparcamiento anden moviéndose de un parking a otro, contribuyendo a generar atascos y un mayor colapso circulatorio.

Este verano, sobre todo en la primera quincena de agosto, se han vivido episodios de atascos en las arterias de entrada a la ciudad, sobre todo por el Urumea. A ello contribuye que, tras llegar a los aparcamientos más céntricos, en el caso de que estén llenos los coches andan a la búsqueda de un hueco de un parking a otro.

"El indicador que usamos para saber que se producirán esos atascos es si están o no los aparcamientos llenos. Si como algunos días de este verano para las 11.00 horas están todos los del centro llenos, sabemos que los habrá", apuntó Arana.

"La filosofía con la que trabajamos a futuro se basa en dejar entrar a los coches a los aparcamientos del centro, pero no van a poder cruzar la ciudad. No se va a poder ir a Okendo y de allí al Buen Pastor y luego al Boulevard. Eso se va a evitar", destacó.

"Los coches, vengan de donde vengan, podrán entrar en un aparcamiento, pero si no hay sitio no podrán ir a otro y a otro por el centro. Se volverán por donde han venido", insiste.

Para ello, añade, resulta fundamental seguir trabajando en la mejora e innovación de tecnologías que permitan "saber con fiabilidad" si hay o no plazas disponibles, con dispositivos que permitan conocer la oferta de plazas con la antelación suficiente para que no opten por un aparcamiento que ya está lleno.

Este modelo, informa Arana, "se comenzó a trabajar en las súper manzanas, en las que la parte interior se reserva a residentes. Quienes llegan de fuera, solo pueden salir volviendo por el camino de entrada". "También tiene un efecto disuasorio", insiste.

Recientemente el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, anunció que el Ayuntamiento de Donostia ha solicitado 24 millones de euros en ayudas de los fondos europeos Next Generation.

El conjunto de actuaciones a desarrollar en materia de Movilidad y Transporte concurren a ayudas por un monto total próximo a los 8,5 millones de euros.

Entre los proyectos presentados este año se halla el de la implantación de una Zona de Bajas Emisiones comprendida entre la Parte Vieja y la plaza Centenario. Como acciones de apoyo a este objetivo global se plantean, entre otras, la del "análisis de las afecciones económicas y técnicas de la electrificación de los parkings subterráneos".

El planteamiento se comenzó a trabajar en las 'súper manzanas' para evitar que los vehículos visitantes accedieran a su interior