La intervención escultórica que está llevando a cabo la artista Cristina Iglesias en la casa del faro de la isla de Santa Clara se llamará 'Hondalea', una palabra en euskera, actualmente en desuso, que alude a las profundidades marinas. Hondalea podrá contemplarse en primavera, cuando se prevé que la nueva intervención escultórica sea ya visible para los interesados.

'Hondalea' significa "abismo en el mar", "profundidad abisal", así como "fondo del mar", según informó este lunes el Ayuntamiento, que recordó que la obra recoge los conceptos de mar y profundidad, las dos ideas que dan fuerza de la obra de la escultora donostiarra.

La palabra seleccionada no se usa a día de hoy y de hecho no figura en diccionario de Euskaltzaidia, aunque sí en el diccionario de Elhuyar, donde se traduce como "fondo del mar". Euskaltzaindía, por su parte, recuerda sí fue utilizada en siglos pasados y, de hecho, el término tiene "una larga tradición literaria y se puede encontrar en textos del poeta Arnaud Oihenart en el siglo XVII", explicó el Consistorio.

La encargada de bautizar su obra ha sido la propia artista donostiarra aunque para ello ha llevado a cabo una investigación en colaboración con el escritor Beñat Sarasola.

Según las explicaciones del Consistorio, el título de la obra quiere sintetizar la idea que la escultora ha plasmado en su intervención: "La profundidad interior de la isla, a través de la gruta que Iglesias ha construido en el interior de la casa del faro". "La isla es, además, lo contrario a un abismo. La artista ha considerado que esa antítesis funcionaba perfectamente con sus inquietudes", añade el Ayuntamiento.

Además del nombre que tendrá la creación, ayer se dio a conoce el logotipo de la nueva intervención, un rectángulo en color azul grisáceo, en alusión a la tonalidad del mar cantábrico, y con las palabras "Hondalea Santa Klara uharteko itsasargia Donostia / faro en la isla Santa Clara San Sebastián". También se ha creado una versión en color blanco.

Las piezas de acero que conforman la obra escultórica están ya instaladas en el hueco abierto en el suelo de la casa del faro de la isla. Son 181 triángulos instalados en un espacio de diez metros de largo por ocho de ancho y cinco de altura, que conforman la gruta artificial por la que se moverá el agua impulsada por una bomba, en recuerdo del movimiento del mar que inspira parte de la creación.

El edificio, por el momento, sigue en obras y los operarios trabajan en la instalación de la nueva cubierta del edificio, que será traslúcida en parte, con el fin de que entren los rayos del sol al interior de la obra. ahora las obras para la colocación de la nueva cubierta del edificio, que será traslúcida.

Para poder sujetar a las paredes interiores la pasarela por la que circularán los visitantes, los muros de la antigua casa del faro han tenido que ser reforzados. Este refuerzo añadido ha motivado un aumento del 11% en el coste la rehabilitación del edificio y una ampliación del plazo hasta finales del pasado noviembre.

La rehabilitación del edificio para acoger la obra de Cristina Iglesias fue adjudicada a Moyua en enero por 1,46 millones de euros con un plazo de ejecución de seis meses, un precio que se eleva ahora hasta los 1,67 millones. Moyúa también quien ejecutó las tareas de vaciado del edificio (560.000 euros). Por otra parte, la creación de las piezas en relieve que cubren la gruta del suelo de la casa del faro fueron encargadas a Alfa Arte por 1,3 millones de euros. En total, la inversión supone un coste de 4,3 millones, que no incluyen el trabajo de la artista, ya que dona gratuitamente su creación a la ciudad. Aunque el Ayuntamiento es el principal financiador de la obra escultórica, la Diputación también colabora con 200.000 euros y distintas empresas con 400.000 euros, según informó en su momento el concejal de Cultura, Jon Insausti.