donostia Llegó al Consistorio en la época de Odón Elorza. Estuvo varias legislaturas en el Gobierno municipal, cuatro años en la oposición (durante el mandato de Bildu) y la legislatura pasada fue diputada foral de Movilidad. Tras su vuelta al Consistorio, Marisol Garmendia (Zaldibia, 1963) lidera ahora el grupo del PSE-EE. También es responsable de Proyectos y Obras, en unos años especialmente intensos en los que se juntan grandes intervenciones por toda la ciudad.

¿Cómo afronta las nuevas responsabilidades como portavoz del grupo socialista?

- Con mucha ilusión, con ganas de trabajar y con el apoyo del grupo socialista y de los socialistas donostiarras.

¿El nombramiento ha sido una sorpresa? Había rumores sobre la marcha de Ernesto Gasco desde las elecciones...

- Sorpresa no ha sido. Ya había un camino trazado. Ernesto (Gasco) ha pasado a ocupar un puesto de gran responsabilidad política en La Moncloa junto al presidente del Gobierno y aquí ha habido una transición yo creo que natural y, en cierta manera, lógica. ¿Le ha dado algún consejo? ¡Muchos! Ernesto llevaba muchísimos años en el Ayuntamiento y tiene experiencia política muy dilatada, también en otras instituciones. Me ha dado su apoyo y me irá transfiriendo buena parte de esa experiencia. Tiene una visión del Ayuntamiento y de la ciudad que yo comparto. Hay mucho que aprender de él, en cuanto a su defensa a ultranza de los intereses generales de la ciudadanía y de su donostiarrismo, que todo el mundo ha destacado en su despedida, más allá de las diferencias políticas entre los grupos municipales. Y yo creo que también los donostiarras, en general, saben que siempre se ha volcado en la ciudad y lo ha dado todo, con mayor o menor acierto.

¿Seguirá sus consejos o intentará marcar su propio estilo al frente del grupo del PSE-EE?

- Cada persona es diferente y yo soy diferente a Ernesto Gasco, tengo mi propia manera de ser. Intentaré hacerlo lo mejor posible: no me asusta el trabajo y tengo las ideas claras. Y nuestro despacho siempre está abierto a cualquier ciudadano o ciudadana que quiera plantear una queja, una propuesta de mejora... Me comprometo a estar cerca de los ciudadanos y a intentar resolver lo que pueda en mis responsabilidades directas.

Como portavoz, le tocará gestionar la relación con su socio de Gobierno, el PNV. ¿Cómo es la relación con el alcalde, Eneko Goia?

- Muy buena, no solo a nivel político, también personal. Esa relación ya viene engrasada por Ernesto. En esta nueva etapa, como número dos participaba ya en las reuniones de seguimiento del pacto y no hay ningún problema. Tenemos proyectos en común que posibilitan el Gobierno de coalición, que creo que es lo que quiere la ciudadanía, un gobierno entre diferentes que dé estabilidad para seguir avanzando. Tenemos un programa pactado con proyectos muy importantes que vamos a coliderar y, en algunos casos, a liderar los socialistas donostiarras. Continuaré trabajando con lealtad, pero también discrepando, porque somos dos partidos diferentes: ellos son nacionalistas y vascos, nosotros vascos pero no nacionalistas. Discreparemos respetuosamente en lo que tengamos que discrepar.

¿Y cómo es la relación con el resto de portavoces de la oposición?

- Buena. A partir de ahora empieza una etapa de mayor cercanía en el trabajo. En el trato no hay ningún problema; cada partido tiene su estrategia, pero más allá de las discrepancias políticas, el trato personal yo creo que es bueno. Creo que es importante saber diferenciar el debate y la confrontación política, que siempre es sana si es respetuosa, y saber mantener unas relaciones personales de compañerismo y de respeto.

El hecho de que dos exconcejales, como Ernesto Gasco y Denis Itxaso, ocupen distintos cargos del Gobierno de España, ¿puede ayudar a los proyectos pendientes en Donostia?

- No cabe duda de que tener a dos socialistas donostiarras como ellos en altas responsabilidades, uno directamente en La Moncloa junto a Pedro Sánchez y el otro como delegado del Gobierno, hará por lo menos que la voz txuri-urdin se oiga alto y claro, espero, y con convicción en la defensa de los intereses de San Sebastián.

Hay proyectos concretos dependientes de Madrid que llevan años sobre la mesa, como el de los cuarteles. ¿Ayudará a desbloquearlos?

- Hay muchos proyectos ya en marcha y muchas inversiones que dependen directamente del Gobierno de España; y otros que, efectivamente, confiemos en que puedan tener un impulso importante. No solo la cárcel, que liberará un espacio importante en la vega del Urumea para construir nuevas viviendas; también está el tema de los cuarteles, que realmente es complicado pero se inicia una nueva etapa de análisis.

¿Confía en lograr un acuerdo esta legislatura?

- Son proyectos complicados, pero hay que seguir avanzando y ahora la coyuntura es buena. El Gobierno de coalición y de progreso liderado por Pedro Sánchez tiene una legislatura por delante para avanzar en una negociación que dé una salida factible y viable a un traslado de los cuarteles a otro lugar. También hay otros proyectos que pueden, por lo menos, ponerse encima de la mesa: el intercambiador de Riberas es uno y la llegada del TAV a San Sebastián también es muy importante para la ciudad. También está la pasarela de Mompás u otras actuaciones en materia cultural, de apoyo e impulso a festivales en los que ya participa, pero tenemos que seguir buscando su mayor implicación.

Hay proyectos concretos en los que Itxaso, como delegado del Gobierno, puede tener mano directa, como es el caso del antiguo Gobierno Civil de Amara.

- Denis (Itxaso) puede tener un papel importante a la hora de analizar la viabilidad o no de ese proyecto. Mantendré próximamente una reunión con él para analizar qué proyectos tenemos en la ciudad para ponerlos encima de su mesa, ahora como delegado del gobierno.

¿Y entre ellos estará el caso del Gobierno Civil?

- Sí, sí estará. Tendremos que analizar cuáles son las posibilidades, ver si es factible y qué alternativas puede haber.

El turismo no es directamente competencia suya, pero sí del grupo socialista que ahora lidera. ¿Qué visión tiene de la situación actual? ¿Cree que la gestión que se está haciendo es buena?

- Creo que se está abordando de una manera adecuada. San Sebastián ha sido históricamente una ciudad turística y, después de 40 años en los que el turismo y otras actividades estaban debajo de la losa del terrorismo de ETA, ha vuelto a ser una ciudad atractiva para que nos conozcan y nos visiten. Lo que se ha fomentado desde el Ayuntamiento es un turismo sostenible y de calidad, compatible con las señas de identidad de la ciudad.

Hay movimientos ciudadanos que niegan que la realidad actual sea un turismo sostenible.

- No estoy para nada de acuerdo. San Sebastián sigue siendo San Sebastián y no va a ser nunca ni Benidorm, ni Venecia, ni Barcelona. Los que primero disfrutamos de nuestra ciudad y de los proyectos transformadores somos los y las donostiarras. Esos proyectos son atractivos para nosotros, mejoran nuestra calidad de vida y, claro, atraen también a la gente. Tenemos los mejores festivales culturales, espacios públicos de calidad, un frente marítimo espectacular, se puede pasear y andar en bicicleta y se come estupendamente bien. Es verdad que es una ciudad cara, para nosotros pero también para los que vienen de fuera. No me gusta demonizar el turismo, es uno de los motores económicos de la ciudad en estos momentos, es uno de los sectores que más empleo está creando y nuestro objetivo es que esos empleos sean de calidad. Está aportando muchísimos beneficios a la ciudad en cuanto a la creación de empleo, a la visibilización... Estamos siendo galardonados por un modelo de turismo sostenible y se están regulando, yo creo que adecuadamente, las licencias de los hoteles y los apartamentos turísticos, siempre en colaboración con los agentes implicados. Trabajamos en darnos a conocer al mundo como ciudad atractiva, de calidad, cohesionada, abierta, multicultural, plurilingüe, con unas tradiciones, una lengua y una cultura muy potente... Tenemos que hacer eso compatible con nuestra vida diaria, sin perder nuestra calidad del vida.

Además de portavoz, sigue siendo responsable del área de Obras y Proyectos, en unos años en los que se acumulan las grandes intervenciones en la ciudad, tanto impulsadas por el Ayuntamiento como actuaciones como las del TAV o la pasante del Topo. ¿Qué mensaje se puede trasladar a los ciudadanos, que deberán convivir con las repercusiones de todas estas obras?

- Vamos a vivir esta legislatura una transformación importante de la ciudad, una modernización que nos va a permitir a todos los donostiarras disfrutar de una ciudad con más espacios públicos para peatones, con nuevas conexiones entre barrios que permitirán mayor equilibrio y mayor cohesión social entre ellos. Esas obras, y muchas de ellas tienen marchamo socialista, se van a dar en todos los barrios. Van a permitir la transformación muy importante, y mejora importantísima, en Loiola y en Añorga; en Egia y Gros van a ver enormemente mejoradas sus conexiones y sus espacios públicos peatonales con la supresión del viaducto; la ampliación del paseo peatonal de La Concha va a ser espectacular; se transformará la playa de vías de Easo; todo el Centro se va a ver beneficiado de una reducción del tráfico y ampliación de los espacios para el disfrute de los donostiarras con las obras de la pasante...

Esas intervenciones tienen unas consecuencias.

- Vamos a tener la ciudad en obras, pero es que no podemos permanecer parados y conformándonos con la ciudad que tenemos: necesitamos seguir mejorando, seguir apostando por la movilidad sostenible, la reducción del tráfico, hacer una apuesta fundamental en la lucha contra el cambio climático. San Sebastián tiene que estar en la punta de lanza de las ciudades más sostenibles y para eso estas obras son necesarias. Es verdad que son obras que tienen su impacto en los ciudadanos, pero tenemos que ser conscientes de que son necesarias para seguir avanzando y seguir teniendo la ciudad que queremos tener: una ciudad de una gran calidad de vida, de espacios públicos para el disfrute de la ciudadanía, que tenga una mayor cohesión social entre los barrios y cree empleo de calidad.