El gráfico de la participación en la Tamborrada continúa, hasta la fecha, señalando una tendencia al alza que parece imparable.

Año tras año nuevas compañías se suman a las que ya desfilan por la ciudad, y en 2025 ya llegan a 167.

Son pocos los rincones de la ciudad en los que no se dejan oír los sones de Raimundo Sarriegi, en los que el redoble de tambores y barriles no altera el sueño, en los que, en definitiva, la fiesta con mayúsculas de las y los donostiarras no se deja notar.

Ya está todo dispuesto. En los restaurantes la actividad es incesante, los tambores y los barriles están preparados. Toca cruzar los dedos para que el tiempo acompañe. Y todo parece indicar que así será.

Solo dos tamborradas masculinas

Este 2025 es el año en el que Donostia se quedará a un 0,8% de conseguir que la fiesta sea igualitaria al 100%.

De las 167 tamborradas de adultos que desfilan por la ciudad, con 22.736 personas tocando el barril o el tambor, solo dos están integradas exclusivamente por hombres. Aizepe y Club Cantábrico, y una, exclusivamente por mujeres, Emakumeen Etxea.

Sin descanso

No hay tregua en una fiesta que si por algo se caracteriza es por su intensidad.

Hay que darlo todo, y en 24 horas. No hay casi un momento para el descanso.

Todos los barrios están despiertos. Por el Centro desfilarán 32 tamborradas, 30 lo harán por El Antiguo, 26 por la Parte Vieja, 25 por Gros, 24 por Amara-Riberas de Loiola-Morlans, 20 por Altza-Bidebieta-Intxaurrondo y 10 más por Loiola y Martutene.

Salen de madrugada, por la mañana y por la tarde, a las duras y a las maduras. Casi siempre con frío, muchas veces con lluvia, algunas veces incluso con nieve.

Este año el tiempo se ha mostrado benevolente y la Tamborrada volverá a ser un éxito. Sin duda alguna. Porque ya lo indicó el concejal de Cultura, Jon Insausti, en la presentación de las tamborradas de adultos: “Cuando los donostiarras nos unimos hacemos grandes cosas”