nte la crisis que el covid provocó en 2020, Servicios de Txingudi tuvo que realizar “un esfuerzo extra” para garantizar los servicios esenciales que presta a la ciudadanía bidasotarra, como el suministro y la calidad del agua y la gestión comarcal de los residuos. Así lo hizo saber este viernes la gerente de la entidad, Leire Zubitur, durante la presentación de la memoria de actividad de la Mancomunidad para el ejercicio del año pasado.

Según los datos que ofreció ayer la responsable, el consumo doméstico de agua creció un 9% el año pasado con respecto al anterior, porcentaje que llegó a alcanzar el 14% durante la época del confinamiento estricto. Al mismo tiempo, el consumo no doméstico descendió un 16%. Ambas estadísticas reflejan lo atípico del 2020 también en el plano de la gestión del agua. En ese contexto, Zubitur explicó ayer que una de las prioridades de Servicios de Txingudi fue la protección de los colectivos más afectados por la crisis, para lo que se previeron varias líneas de ayuda.

Por un lado, a las familias bidasotarra en situación de vulnerabilidad se les aplica desde el inicio de la pandemia una exención del 50% en los recibos de agua y basuras. Las pymes y autónomos de la comarca que se vieron afectados por el cierre, además, pudieron solicitar una bonificación del 100% de las tarifas de dos meses. En noviembre, tras el segundo cierre de la hostelería, dicha ayuda se extendió a tres meses para ese sector en concreto. En total, 321 establecimientos de Irun y Hondarribia se beneficiaron de dicha exención.

En cuanto a la gestión de residuos, el responsable de su gestión en Servicios de Txingudi, Valentín González, subrayó el incremento de la tasa de reciclaje comarcal hasta el 54,2%, que sitúa a la comarca muy cerca del objetivo europeo del 55% para 2025. Por tipos de residuos, destaca una fuerte bajada del 11,7% en la recogida selectiva de vidrio, motivada por el cierre del sector hostelero.

Como explicó González, los servicios de limpieza urbana “son los que más modificaciones han sufrido por la alarma sanitaria”. En concreto, se aumentó la frecuencia de los servicios de hidrolimpiado y se incluyeron tareas de desinfección, adaptándose a las nuevas necesidades que la crisis vírica generó. En esa mima línea, a principios de 2020 la entidad cerró un nuevo contrato para la gestión de los residuos con el que se pretende aumentar la frecuencia de recogida selectiva de los residuos, a cambio de reducir la frecuencia de recogida de la fracción resto.

El último en tomar la palabra fue el responsable de obras de la Mancomunidad, Josean Rodrigo, que repasó las principales actuaciones del año comenzando por la finalización de la primera fase de las obras de drenaje de las vaguadas de Jaizkibel. El responsable también mencionó la renovación de los contadores de telelectura en Irun, que suponen un cambio en el paradigma de la gestión del agua, y otras intervenciones en instalaciones como el embalse de Domiko o el depósito de Buenavista.