- El Pleno del Ayuntamiento de Irun someterá a votación este viernes la aprobación de su IV Plan de Prevención de Adicciones, la cuarta edición de una iniciativa que el Consistorio viene desarrollando desde 1997 y que en esta ocasión viene renovada con aportaciones de la ciudadanía irundarra.

El documento plantea una veintena de acciones y una serie de programas para combatir las adicciones en la localidad bidasotarra, en la que anualmente una media de 300 personas reciben tratamiento por su adicción. La adicción predominante en la ciudad tiene que ver con el consumo de alcohol (con unas 135 personas en tratamiento de media en los últimos años), de cocaína (68 personas), de cannabis (42) o con la ludopatía (25), estando las restantes (93) en tratamiento por adicciones a otras sustancias.

Según explicaron este lunes la delegada de Bienestar Social de Irun, Cristina Laborda, y la responsable del servicio de Intervención Comunitaria de la ciudad, Feli Goikoetxea, el IV Plan de Prevención de Adicciones llegará al Pleno del viernes con importantes novedades con respecto a sus anteriores ediciones, como la inclusión de la perspectiva de género en su desarrollo.

Y es que de las 300 personas que anualmente reciben tratamiento por adicciones en la ciudad, en torno al 25% son mujeres, cuyas adicciones, como indicó Laborda, suelen estar más relacionadas con el consumo de psicofármacos y con desórdenes alimenticios que con otro tipo de sustancias adictivas, por lo que el nuevo documento plantea programas específicos para estos casos.

El cuarto plan de adicciones también prevé campañas para sensibilizar a los menores sobre dos de las adicciones más comunes entre su colectivo: la adicción a las nuevas tecnologías y la ludopatía. También se dará a continuidad a las campañas habituales de sensibilización contra sustancias adictivas en la población escolar de Irun, entre la que, como desveló una investigación en base a datos obtenidos de 2.676 alumnos irundarras, el consumo ha descendido de forma generalizada.

Muchas de las propuestas planteadas en el documento se han visto enriquecidas a través de un proceso participativo que tuvo dos frentes. Por un lado, cuatro grupos de discusión trataron sobre el contenido del plan en sesiones en las que participaron en torno a medio centenar de personas entre representantes del personal técnico, profesionales del ámbito educativo, educadores, asociaciones de padres y madres, salud pública o asociaciones juveniles. Por otro lado, otros 82 irundarras enviaron sus opiniones a través de la web municipal de Irun.