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"Con el coche eléctrico se perdería la esencia del rallysprint y de las subidas: el rugido del motor y el olor a gasolina"

Tal y como viene haciendo desde que corrió por primera vez esta carrera en el año 2001, el azpeitiarra Iñaki Alberdi volverá participar este domingo en la 43ª Subida a Urraki, prueba que ha ganado en varios ocasiones

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Así suena el Porsche 911 GT3 Cup de Iñaki Alberdi, listo para participar en la Subida a Urraki tras un año en silencioAitor Zabala

Los caminos de la Subida a Urraki y el piloto de AzpeitiaIñaki Alberdi están indisolublemente unidos desde hace más de tres décadas.

La relación se remonta al año 1994, cuando, montado en el buggie con el que competía en las carreras de autocross, abrió la prueba como conductor del vehículo 0.

Coincidiendo con las llegada del nuevo siglo dio el saltó a la competición, como uno más de los corredores en liza en esta carrera.

Este domingo lo volverá a hacer, tomando parte en la subida organizada por la escudería Bosteko, a los mandos de su espectacular Porsche 911 GT3 Cup (997).

Rallysprint y subidas

Alberdi comenzó su andadura en el automovilismo a principios de los años 90, centrándose en el mundo del autocross.

Posteriormente, dio el salto a la competición federada de coches tomando parte en pruebas de rallysprint y subidas, como la que va a tener lugar este domingo en Urraki.

En esa andadura han pasado por sus manos diversos vehículos, desde aquel primer Seat Ibiza con el que tomó parte en la Copa Ibiza hasta el Porsche con el que correrá en Urraki.

“Después del primer Ibiza, tuve un Ibiza Kit Car, antes del Ford Escort World Rally Car de Txus Jaio, un Toyota Celica, otro Ford Escort y otro Ford MK2. He tenido varios Porsches hasta llegar al 911 que tengo ahora, sin lugar, a dudas, el mejor vehículo que he conducido, junto al que tuve anteriormente”, señala Alberdi en el garaje del barrio azpeitiarra de Landeta en el que guarda sus vehículos.

Iñaki Alberdi, junto al Porsche 911 GT3 Cup con el que competirá el domingo en la Subida a Urraki

Un coche que se prodiga poco en el asfalto

El Porsche de Alberdi destaca por su colorido, caracterizado por un vistoso naranja. Ese color lo hace fácilmente reconocible para cuantos tienen la ocasión de verlo en carrera, algo que no es fácil, ya que pisa muy pocas veces el asfalto.

De hecho, Alberdi encendió el motor del coche por primera vez la tarde del jueves, después de todo un año parado, para ver si todo estaba en orden de cara a la prueba del domingo. ”Lo he tenido todo el año en un elevador, cubierto con una lona para evitar que se ensuciara. Así suele estar, por lo general, hasta que llega la carrera de Urraki”.

La carrera de casa

La prueba resultó positiva. Los 450 caballos del potente motor del coche, fabricado en el 2013 y de 1.250 kilos de peso, atronaron en el garaje con un sonido tan ensordecedor que dificultaba el hecho de mantener una conversación sin tener que levantar la voz.

“Tengo cuatro coches: dos para pruebas de autocross, un Ford MK2 y el Porsche. Utilizo el Ford para participar en algunas carreras, pero el Porsche lo reservo para ocasiones muy especiales, y la más especial de todas es la Subida a Urraki. Es la carrera de casa. Está organizada por gente de aquí que trabaja mucho y no puedo faltar a esa cita”. 

Un recorrido rápido y técnico

Alberdi conoce como la palma de su mano los seis kilómetros de la subida a Urraki, un recorrido que cuenta con zonas rápidas, pero que no permite descuidos.

“Es una subida muy bonita y completa. La parte baja es muy rápida pero tiene curvas técnicas. En la zona alta, si no estás atento, puedes tener un descuido que te saque de la carrera. Los de la zona conocemos muy bien el recorrido, y eso ayuda. Ir rápido es fácil, pero hacerlo bien no lo es tanto”.

Evolución del deporte del motor

El piloto azpeitiarra es todo un referente de las pruebas del motor y, también, una voz destacada a la hora de analizar el estado de salud del automovilismo en Euskal Herria y su evolución en las últimas décadas, tanto a nivel de afición como de pilotos.

“Hace años la afición era impresionante. Entre los años 2007 y 2013 hubo una bajón pero, poco a poco, la situación está mejorando. Ahora sigue habiendo gente, pero no tanta. Aun así, la gente sigue yendo a ver las pruebas. Además, los jóvenes están entrando con fuerza en la competición, y hay pilotos muy rápidos que han mejorado mucho gracias a los simuladores y al entrenamiento. Otro cambio destacado es el de la presencia de la mujer, ya que cada vez hay más mujeres tomando parte en las pruebas como piloto y como copiloto”.

Motores eléctricos

Con respecto al futuro del automovilismo de montaña y la posible irrupción de los vehículos eléctricos, Alberdi se declara como acérrimo defensor de los vehículos de combustión.

De hecho, cree que se perdería buena parte de la esencia de las subidas y las pruebas de rallys, marcadas por el ruido de los motores y el olor de la gasolina.

“Los coches eléctricos están demostrando que son más rápidos, pero no tienen ruido, y uno de los mayores encantos de las subidas es el sonido del motor. Es algo que sientes dentro, tanto si eres piloto como espectador. Cuando estás al volante, el ruido dispara la adrenalina; cuando estás viendo la carrera, sientes cómo se acerca el coche, el olor a gasolina... Todo eso no te lo da un coche eléctrico”. 

Con estas premisas, no parece que ponerse a los mandos de un coche eléctrico sea una opción especialmente atractiva para Alberdi.

“No me veo compitiendo con un coche eléctrico. Sé que algún día llegará ese momento y tendrán su espacio en este tipo de pruebas. De todos modos, espero que todavía tarde algunos años, al menos hasta que me haya jubilado”, manifestó con humor el piloto azpeitiarra.