Tras la oleada de incendios en contenedores, el grupo municipal del PNV de Aretxabaleta expresa su “condena absoluta” ante unos hechos que, según denuncia, “ponen en riesgo y atentan contra la integridad de las y los atxabaltarras”. En una nota, la formación jeltzale reafirma su compromiso “con un Aretxabaleta seguro", e insta al Gobierno municipal a abrir "un debate público" , animando a la ciudadanía a participar en él, porque "sentirse bien y protegido es un bien común que debemos preservar entre todas y todos".
Hechos "inaceptables"
“Estos hechos son inaceptables. Condenamos cualquier acto que ponga en peligro a la ciudadanía, y hacemos un llamamiento a la responsabilidad colectiva para hacer de nuestro municipio un entorno donde se pueda vivir bien y con seguridad”, manifiesta el PNV. Destaca, además, que Aretxabaleta es un pueblo "con fuertes lazos comunitarios", como demuestran los numerosos proyectos impulsados en ámbitos como el euskera, la cultura, la protección social, el deporte o la economía. Sin embargo, advierte de que, en un contexto marcado "por el individualismo, los comportamientos incívicos de unos suponen una agresión al bien común", debilitando progresivamente "la cultura del compromiso y la cooperación" que históricamente ha caracterizado a la localidad.
Ante esta situación, desde el grupo jeltzale insisten en que es "responsabilidad compartida de la ciudadanía, las instituciones públicas y los agentes privados" trabajar de forma conjunta para reforzar el carácter comunitario de Aretxabaleta, y consolidar un entorno donde "todas las personas se sientan seguras". En esta línea, el PNV pone el acento en una preocupación creciente entre los vecinos y vecinas: la sensación de inseguridad en el día a día, y pide abrir "el debate sobre posibles medidas que contribuyan a mejorar la seguridad en el municipio, de forma que todas y todos puedan caminar por las calles con tranquilidad".
Vigilancia natural y preventiva-disuasoria (mejor iluminación, cámaras...)
La formación jeltzale plantea trabajar en dos ejes principales. Por un lado, el comunitario, profundizando en el sentido de pertenencia a la comunidad atxabaltarra y fomentando el compromiso con la vigilancia natural, entendida como el cuidado mutuo entre personas y del entorno local. Por otro lado, el preventivo-disuasorio, a través de mejoras en la visibilidad de los espacios públicos —mediante una mejor iluminación, limpieza y mantenimiento—, así como la instalación de cámaras de videovigilancia en zonas sensibles o de especial vulnerabilidad.
Para el PNV es "fundamental" abrir un diálogo entre ciudadanía, instituciones locales y agentes sociales sobre "cómo garantizar la seguridad sin comprometer la privacidad", porque, tal y como asegura, "proteger a las personas y su bienestar es nuestra prioridad". Por ello, reafirma su compromiso "con un Aretxabaleta seguro, donde todas y todos los vecinos puedan sentirse protegidos y tranquilos".