El pasado viernes se formalizó ante notario el acuerdo de compraventa por el que el Ayuntamiento de Azpeitia se hace con la propiedad del convento de las Siervas de María.
Superficie construida
La firma contó con la participación de la alcaldesa, Nagore Alkorta, y representantes de la congregación religiosa, que abandonó la localidad en mayo del año pasado, poniendo fin así a una estancia que se prolongó por espacio de 125 años.
El acuerdo cede al Ayuntamiento la titularidad de un edificio que cuenta con una superficie de 3.254 m2 construidos, distribuidos en cuatro plantas: planta baja, 1.444 m2; primera planta, 1.080 m2; segunda planta, 609 m2; y tercera planta, 162 m2.
Buen estado
El estado general del edificio es bueno, tal y como manifestó Nagore Alkorta. “Además, el tejado se renovó y cuenta con dos ascensores, lo que garantiza una buena accesibilidad”.
A ello se le suma una amplia zona verde de 8.291 m2 que se presenta como una opción atractiva para el futuro desarrollo de la zona.
Uso final
Alkorta manifestó que la intención del Ayuntamiento es mantener la calificación del inmueble y su entorno como espacio para equipamientos, lo que abre la posibilidad a su aprovechamiento para proyectos vinculados a la salud, los servicios sociales, la cultura, la administración y otros similares.
“La compra nos da muchas posibilidades para dar forma a un proyecto de pueblo. De hecho, ya estamos dando los primeros pasos para definir su futuro uso y esperamos dar noticias de ello próximamente”, indicó la alcaldesa..
Coste de la operación
El coste de la operación ha ascendido a dos millones de euros. En su materialización ha jugado un papel fundamental la sociedad municipal Azpeitia Berritzen, que ha sido la encargada de financiar la operación.
El Consejo de Administración de Azpeitia Berritzen dio luz verde a la puesta a disposición del dinero necesario para formalizar la adquisición el pasado mes de junio, apoyando así el proceso de firma que se materializó la pasada semana.
Una larga historia
El 4 de octubre de 1899, tres monjas de la congregación de las Siervas de María se instalaron en una vivienda de Azpeitia cedida por el Ayuntamiento.
La llegada de aquellas mujeres marcó el inicio de una relación entre la orden religiosa y Azpeitia que se mantuvo durante 125 años, hasta que el año pasado llegó el momento de decir adiós.
Apogeo y declive
Atrás quedó el tiempo en el que un centenar de mujeres, entre monjas y novicias, convivían en el edificio de la calle Harzubia al que la congregación se trasladó en 1905.
La falta de vocaciones unida al envejecimiento de las monjas que residían en Azpeitia marcó el inicio de un camino que ha terminado con su marcha.
En la etapa que finalizó el año pasado, tan solo seis religiosas con edades comprendidas entre los 76 y los 92 años ocupaban el edificio adquirido por el Ayuntamiento .
Compromiso con Azpeitia
La marcha de las Siervas de María deja un recuerdo marcado por el compromiso de la congregación con el pueblo de Azpeitia y los azpeitiarras.
Durante años acudieron a los hogares de las familias que requerían de sus servicios para acompañar por la noche a los enfermos, e hicieron lo propio en la enfermería de los jesuitas de Loiola.
Esa labor tuvo su reflejo en el propio convento y, más en concreto, en su botiquín, en el que se han puesto inyecciones, se ha vacunado, se ha tomado la tensión y se han perforado los lóbulos de las orejas de buena parte de las niñas nacidas en Azpeitia para colocarles los pendientes.