De lunes a viernes nos dedicamos a trabajar (en oficios que pueden ser más o menos de nuestro agrado) y los fines de semana tratamos de disfrutar de nuestras aficiones. A veces el oficio y la afición tienen cierta relación y en otras ocasiones son diametralmente opuestos. Es el caso del zumarragarra Andoni Gutiérrez: de lunes a viernes se dedica a un trabajo tan serio y solemne como el de la abogacía y los fines de semana va de fiesta en fiesta con la elektrotxaranga Joseto ta Alayak.

Este zumarragarra lleva la abogacía en la sangre. “Mi madre también es abogada. Trabaja en Urretxu. Y mi hermana también ha estudiado Derecho. Por lo que me han contado mis padres, de niño solía decir que quería ser arquitecto. Pero en la ESO ya tenía claro que estudiaría Derecho. Siempre he tenido relación con ese mundo debido a mi madre y, además, tengo una conciencia política bastante desarrollada. Cuando llegó el momento, tuve que elegir entre Ciencias Políticas y Derecho. Me pareció que estudiar Derecho era más práctico. Tras acabar el grado, hice dos máster en Madrid y en Barcelona”.

Siempre le ha dado un enfoque práctico al Derecho. “Durante la carrera, lo que más me gustaba era el Derecho Procesal: conocer las reglas del juego y, cuando hay un problema, resolverlo. Mientras estudiaba, hice algún trabajito con mi madre. Cuando acabé el máster que hice en Barcelona, en 2020, empecé a trabajar en el bufete Quell Abogados de Donostia. Después, trabajé en el despacho de Urnieta. Cuando abrieron una oficina en Zumarraga, fui el director. Además de llevar el despacho, tenía mis propios clientes. Entre ellos estaba la inmobiliaria Gune. Hoy en día trabajo con ellos: tengo un despacho en su local, a cambio de trabajar para ellos”, explica.

Añade que los abogados que trabajan en los pueblos tienen que hacer de todo. “Hago, sobre todo, Derecho Civil: contratos, familias, herencias... Lo que más me gusta es encargarme de los contratos. La negociación de la compraventa de un pabellón, por ejemplo. Ver el fruto de tu trabajo es algo muy bonito. También hago Derecho Laboral. En cuanto al Penal, muy poco: alguna amenaza. Me gusta mi trabajo. Trabajo en mi pueblo y, como tengo mi propia oficina, puedo decir que es un proyecto a largo plazo. Quiero ser un referente a nivel local”.

Gutiérrez, en su despacho. Asier Zaldua

La abogacía es su oficio y la música su gran afición. “La gran mayoría de los padres de nuestra generación llevaron a sus hijos a la escuela de música. Yo empecé con 5 años en las clases de solfeo. Cuando llegó la hora de elegir un instrumento, me decanté por la guitarra”.

Desde entonces, ha tocado en varios grupos. “Todos los grupos en los que he tocado son de carácter amateur. Mi único objetivo es no perder la relación que tengo con la música”.

En la actualidad es vocalista y guitarrista de la elektrotxaranga Joseto ta Alayak. “Se trata de un hobby. Todos los integrantes del grupo compartimos filosofía: nuestro objetivo es pasarlo bien”.

Las elektrotxarangas se han puesto de moda y, gracias a ello, han conocido muchos pueblos de Euskadi. A finales de julio tocaron en Lakuntza, en la última edición del festival Hatortxu Rock. “Nos reunimos muchas elektrotxarangas y el ambiente fue muy bueno. Lo pasamos muy bien”.

La música le ayuda a desconectar del trabajo. “Si no tocara en Joseto ta Alayak, tocaría en algún otro grupo. Gracias a la eletrotxaranga, tengo una excusa para ensayar en casa. Y los fines de semana, en los conciertos, lo paso muy bien”, reconoce.

Quiere que la música siga siendo un hobby. “No quiero que se convierta en un trabajo. Para eso tengo el despacho. Me gusta mucho mi trabajo, pero a veces es duro. En este trabajo no puedes olvidarte de los clientes. Los seres humanos somos empáticos y solemos llevarnos a casa los problemas de nuestros clientes. No es algo malo, pues de lo contrario seríamos robots”, concluye el abogado y músico zumarragarra.