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Zumarragako Trikitixa: los Rolling Stones de la trikitixa

Este grupo se fundó hace 105 años y la cuarta generación ya está preparada para coger el testigo.

Zumarragako Trikitixa: los Rolling Stones de la trikitixaAsier Zaldua

Mucho se ha hablado estos días de la cantidad de años que lleva Bruce Springsteen en el escenario, pero el trikitilari zumarragarra Miguel Urteaga le supera: era un niño cuando actuó por primera vez en público y el miércoles, con 86 años, tocó en la romería de La Antigua. Es más, su grupo, Zumarragako Trikitixa, lleva 105 años tocando ininterrumpidamente. Ni los Rolling Stones. Se dice que los Rolling firmaron un pacto con el diablo, pero Zumarragako Trikitixa se lleva muy bien con la virgen de La Antigua y eso puntúa doble.

Zumarragako Trikitixa es el grupo de trikitixa más veterano, con 105 años de historia. Como es lógico, han pasado varias generaciones. El grupo lo fundó Joxe Oria, un hombre que llevaba el pandero y las romerías en la sangre. No en vano, su madre, la ezkiotarra Francisca Antonia Irizar, tocaba el pandero.

Oria era soltero y vivía en casa de su hermana. Así, consiguió aficionar a cuatro de sus sobrinos: Joxe, Inixio, Xebe y Miguel Urteaga. A estos se les unió un sobrino: Mikel Alustiza. Hoy en día tocan Alustiza y Kepa Urteaga (un hijo de Miguel). La hija de este último, Kenare, está entrando poco a poco en el grupo. Debutó hace dos años, en el concurso de baile al suelto de fiestas de Zumarraga, y estos últimos años ha tocado también el día de Santa Isabel. Este año ha tocado con su padre y su abuelo. Es la primera mujer en la historia de Zumarragako Trikitixa.

Kenare se estrenó el año pasado el día de Santa Isabel. “Conocía el día de Santa Isabel, de ir a ver la ezpata dantza y después comer en casa de la amama, pero nunca había tocado. Anduvo a gusto. Este año le he vuelto a proponer tocar el día de Santa Isabel y ha dicho que sí”, comenta su padre.

Miguel y Kepa recuerdan bien cómo fueron sus primeros pasos. “Soy el más joven de ocho hermanos y en nuestra casa no había más que panderos y acordeones. Solía andar jugado con ellos y así fue como empecé”, comenta Miguel.

Su hijo Kepa también aprendió en casa. “En casa veía panderos y con 5 años empecé a tocar. Después fui Azkoitia, a casa de Zabale, a aprender otra forma de tocar. En cuanto al acordeón, mi primer profesor fue Azkonobieta. Después fui a donde Epelarre”. Se estrenó con Zumarragako Trikitixa con 13 años, tocando el pandero. “Mikel no podía ir a fiestas de Ibarra y el aita me dijo que fuera con ellos”. Cinco años más tarde se estrenó como acordeonista. “El aita y Mikel me preguntaron a ver si tenía intención de tocar con ellos y les dije que sí. No quería que la cadena se rompiera por mi culpa. El comienzo fue duro. Me daba vergüenza, pero poco a poco me fue gustando. Me dio la oportunidad de conocer otra gente y otros ambientes. Con 18 años, mis amigos iban a los bares de Urretxu y yo tenía que ir pronto a casa porque al día siguiente tenía que tocar con gente de más de 50 años”.

Ahora es su hija la que toca con gente mayor. “Kenare es pianista, como su madre. Ella es la que más sabe de música en casa. En cuanto a la trikitixa, casi todo lo ha aprendido en la escuela de música de Arrasate. Su profesora ha sido Maixa Lizarribar”, cuenta Kepa. “A mí me enseñaron a tocar de otra manera y aprendí otras canciones: Maixa eta Itziar, Alaitz eta Maider, Gozategi, Xabi Solano...”, dice ella.

Su padre y su abuelo no se van a escandalizar porque traiga aires nuevos. No en vano, en Zumarragako Trikitixa siempre han sido muy innovadores: los hermanos Urteaga cantaban a dúo, cantaban en castellano para meterse en el bolsillo a los inmigrantes, Mikel y Kepa han añadido canciones vascas de estas últimas décadas a su repertorio...

En la familia hay más trikitilaris, por lo que el futuro de Zumarragako Trikitixa no está en peligro. “Kenare está preparada, pero espero que entre algún otro familiar. Tenemos que preparar el relevo. Cuando empecé yo, fue lo que más eche en falta: tener al lado a algún otro de mi edad. ¡A ver si conseguimos que se anime alguien más!”.