Un año más, Beasain celebró con gran entusiasmo la festividad de su patrón, San Martín de Loinaz. Esta jornada, llena de tradición y significado para los beasaindarras, tuvo como protagonista a la Cofradía de la Morcilla de Beasain, que organizó el acto central de la celebración. Como es costumbre, la cofradía, presidida por Martín Urkiola, llevó a cabo su trigésimo octavo capítulo, en el que se nombraron nuevos cofrades de honor. En esta ocasión, con la céntrica Plaza de San Martín de Loinaz abarrotada y bañada por un espléndido sol, recibieron este reconocimiento la agencia de turismo de Goierri, Goitur, y varias mujeres que participaron en el proyecto del libro Mamia.
Goitur fue reconocida por sus 25 años de trayectoria, que celebrará en 2025, como un referente en la promoción turística de la comarca. Por su parte, las mujeres del proyecto Mamia fueron homenajeadas por su participación en este libro, que recoge la contribución de medio centenar de mujeres a la gastronomía vasca.
24 cofradías, 101 representantes
A la cita acudieron 24 cofradías llegadas de distintos puntos, reuniendo a un total de 101 representantes. Los anfitriones recibieron a las cofradías en Igartza, desde donde partieron juntos hasta la estatua de San Martín de Loinaz. Allí, en un emotivo homenaje, se le bailó el aurresku y se realizó una ofrenda floral en su honor. A continuación, los asistentes se dirigieron a la iglesia para participar en la eucaristía.
Tras la misa, el grupo descendió hasta la plaza, donde dio comienzo el acto principal: la investidura de los nuevos cofrades de honor. Estos juraron públicamente su compromiso ante la morcilla de Beasain y ante todos los presentes, aceptando con orgullo su reconocimiento. Luego, fueron simbólicamente bendecidos con la morcilla y la degustaron, asegurando con entusiasmo que estaba “buenísima”.
Antes de continuar con la jornada, todas las cofradías y los nuevos cofrades de honor se hicieron una foto de familia para el recuerdo. El encuentro continuó con una comida de hermandad, en la que los asistentes compartieron mesa y celebraron juntos esta jornada llena de tradición y compañerismo. A la par, se instaló un puesto de venta de morcilla en la Plaza Zubimuzu, donde la ciudadanía tuvo la oportunidad de degustar este producto tan representativo de Beasain y del que sus habitantes se sienten especialmente orgullosos.