El Ayuntamiento ha iniciado los trámites previos a solicitar la declaración de Arrasate como zona tensionada en vivienda, con el objetivo de abrir la puerta a establecer límites en los alquileres. “El precio de la vivienda ha subido de forma constante en los últimos años. Actualmente, arrendar o comprar un piso en nuestro pueblo no está al alcance de cualquiera. La vivienda es un derecho, y como sociedad debemos poner límite a la especulación. Creemos que Arrasate cumple con los requisitos para su designación como zona tensionada y estamos trabajando en ello”, ha manifestado este miércoles la alcaldesa Maider Morras.
Arrasate sigue, de este modo, el ejemplo de Errenteria, el primer municipio de Euskadi que realizó esta petición formal al Gobierno Vasco, y que obtuvo el reconocimiento a principios de octubre. Zumaia, Lasarte-Oria e Irun también la han hecho, y se encuentran a la espera de una resolución.
El Consistorio arrasatearra ya ha puesto en marcha el proceso para redactar los informes técnicos que justifiquen la solicitud de Arrasate como mercado residencial tensionado, con el fin de disponer de herramientas para intervenir en las necesidades de vivienda que en estos momentos presenta la localidad cerrajera.
Diagnóstico, memoria justificativa y plan de acción
Según explica el Ayuntamiento, se elaborarán tres documentos. Por un lado, un diagnóstico de la vivienda que ofrecerá una fotografía de la realidad socioeconómica del municipio: las tendencias demográficas y los niveles de emancipación, las demandas, la evolución del parque residencial, el mercado de compra y alquiler… Y, por otro, se presentará una memoria para justificar que Arrasate cumple los requisitos de zona tensionada y, por último, se definirá “un plan de acción a tres años” para incidir en el mercado de la vivienda.
Estudio de pisos vacíos
Paralelamente, se está llevando a cabo una análisis de los pisos vacíos, porque, según advierte la primera edil, “el último data de 2012 y, desde entonces, la situación ha cambiado mucho”. Este trabajo se completará con un estudio de los inmuebles ya construidos para “ayudar a definir la modalidad de las futuras promociones que el nuevo planeamiento urbanístico deberá ofrecer en los próximos años”, concluye Morras.