Jon Garmendia: “Qué mejor que surfear y competir con mi tabla”
Jon garmendia, zarauztarra creador de tablones, ha sido tres veces campeón de España de longboard
Jon Garmendia (Zarautz, 1993) lleva seis años creando sus propias tablas de surf, desde grandes tablones hasta tablas de tamaño medio. “Hago de todo menos tablas cortas que se usan en la competición”, comenta a este periódico. Su filosofía es sencilla: sólo fabrica tablas con las que surfearía él mismo, que se ajusten a su estilo personal. “Si viene alguien a pedirme una tabla que yo no usaría, pero está dentro de mi estilo, se la hago. Mi estilo es el alternativo y la mayoría de mis tablas son tablones”.
Vinculado al surf
En Zarautz, aunque no todos lo practiquen, es muy normal estar vinculado al surf. Para Garmendia, el surf comenzó como una influencia de su primo. “Mi primo, que me saca unos diez años, llevaba compitiendo toda la vida y yo le veía. Le dije a mi padre que quería probar y me apunté a cursillos de verano. Al principio surfeaba con tablas cortas de competición, pero me aburrí y lo dejé. La tabla no era la adecuada para mí, así que dejé el surf por un año hasta que un amigo me sugirió volver a intentarlo. Empezamos a probar otro tipo de tablas, más voluminosas, y me volví a enganchar. Había tablas que te daban más velocidad, porque tenían más volumen. Fue ese momento en el que empecé a interesarme en otro tipo de tablas. Vendí las que tenía y me compré un tablón”.
Tablas personalizadas
Un día, el zarauztarra encargó una tabla para él. “Quería personalizarla, pero cuando me pasé por el taller, me dijo que ya la tenía shapeada (el primer paso, dar la forma a la tabla), que sólo podía elegir el color. Ahí pensé que si quería las tablas a mi gusto me las tenía que hacer yo mismo. Fui a Francia a buscar materiales, y una vez que aprendí el proceso, hice una allí. Después empecé a hacer a amigos y a conocidos. El punto de inflexión fue hace tres años, cuando Pukas empezó a encargarme tablas. Eso me dio credibilidad y desde entonces me he puesto más en serio. Poco a poco voy mejorando y también intento hacer tablas competitivas”.
Otra de las actividades que realiza el surfista son retiros de surf: la semana del longboard. “Lo hago con un amigo y nos vamos con un grupo, por ejemplo, a Marruecos. Allí les enseñamos todo sobre el mundo del tablón; desde cómo surfear, tipos de longboards... Está muy bien, parece que vas de vacaciones, pero al final es muy intenso porque eres tú el protagonista. Estás todo el rato enseñando cosas y también te hacen muchas preguntas de todo tipo. Todos quieren saber de tu vida, tanto del trabajo como de las competiciones a las que voy”.
Campeonatos
Aparte de fabricar y vender sus propias tablas a surfistas de todo el mundo, Garmendia usa su propio tablón para competir en los campeonatos. Entre otros muchos logros, ha ganado tres veces el campeonato de España, dos veces ha sido quinto de Europay en el Mundial ISA ha logrado el puesto 17. “Me hace muchísima ilusión ver a la gente con mis tablas y es un auténtico orgullo, pero el que más jugo le va a sacar al producto soy yo y por eso compito con mi propio tablón. Es una buena y bonita manera de dar visibilidad a mi propia marca y si además gano o logro un buen resultado, es la prueba de que mis tablas son buenas.
Para Garmendia, personalizar una tabla es como ajustar un coche de Fórmula 1 “porque a veces quieres velocidad, otras veces estabilidad... Si hago tablas para el día a día, son más estándar, pero si las hago para competir cada uno busca algo más específico; que sean rápidas, que tengan más estabilidad, o permitan giros más radicales... Hago muchas tablas clásicas, pero la competición pide un híbrido entre lo clásico y lo moderno”.
La ola, la clave
“Conocer la ola es una gran ventaja. En el Mundial, por ejemplo, fuimos a El Salvador y ahí ya sabíamos cómo eran las olas de allí. Por ejemplo, en Zarautz y en Zumaialas olas van cambiando, pero en Orrua podemos decir que son constantes. En El Salvador las olas también son iguales todo el tiempo, así que diseñé una tabla para esas condiciones, aunque luego no destaque tanto aquí. También hay tablas versátiles que funcionan en distintos tipos de olas. El primer año que fui a El Salvador llevé una tabla clásica, pero no sirvió de nada. Al final, se trata de adaptarse, probar y fallar hasta acertar”, concluye Garmendia.